Las barreras arancelarias son aquellos impuestos establecidos por cada país para restringir el comercio externo. Normalmente, las barreras arancelarias gravan tanto las exportaciones como las importaciones de bienes o servicios llevadas a cabo por un país. No obstante, este tipo de tasas no se limitan solo a países, pues también pueden existir barreras arancelarias por zonas económicas, como por ejemplos aquellos impuestos al comercio que tiene la zona euro o el dólar americano.

¿Para qué sirven las barreras arancelarias?

Al imponer un arancel, nombre con el que se conoce a los impuestos que funcionan como barrera arancelaria, el precio de los bienes o servicios se incrementa en función de las caracteristicas y el volumen de la transacción. Esto permite defender los productos nacionales frente a la competencia extranjera en el caso de las importaciones. De esta forma se facilita la producción nacional en lugar de la adquisición de dichos productos fuera del país.

Pero las barreras arancelarias no sólo encarecen los productos, sino que también ayudan a controlar la fiscalidad y la legalidad de los intercambios, pues facilita conocer sin los bienes y servicios intercambiados están fiscalizados y, por tanto, si son legales. Como consecuencia, el país que impone los aranceles obtiene más ingresos por la recaudación de impuestos a la vez que permite equilibrar los precios con vistas a la venta de sus productos en otros países extranjeros. De tal forma que a mayor internacionalización y capacidad de exportación, más ingresos puede generar un país y mejor puede estabilizar los precios de sus productos.

Otro uso que suelen darle algunos países a las barreras arancelarias es como medida de protección ante inversiones de capital extranjero. Suele producirse en países que atraen la entrada de capitales por sus condiciones favorables a la inversión, por lo que obstaculizan esta llegada mediante los aranceles.