Tipos de interés

Entre las variables macroeconómicas que se analizan se encuentran los tipos de interés. Los más relevantes son los que marcan los Bancos Centrales, ya que son la máxima autoridad para expedir dinero. Este dinero se presta a los bancos y éstos, a su vez, a otros bancos, a personas o a empresas.

Los Bancos Centrales tienen la capacidad para incidir en la economía, principalmente en lo que se refiere al crecimiento y la inflación. Para ello cuentan con la herramienta de los tipos de interés.

¿Qué es la tasa de interés?

La tasa o tipo de interés, es el porcentaje que se aplica, como mínimo, a alguna persona que solicite un crédito o un préstamo. El tipo de interés que tenemos al acceder a un crédito o préstamos es la cantidad que tendremos que pagar por cualquier de los servicios que hayamos demandado. Sin embargo, cuando hablamos de tipos de interés en el ámbito macroeconómico, debemos saber que nos referimos al porcentaje concreto a partir del cual una entidad puede pedir prestado a un otra.

El tipo de interés que determina el Banco Central es el tipo al que pueden pedir prestado  o invertir los distintos bancos de la economía. Cuando el Banco Central aumenta o disminuye tipos tiene un impacto directo sobre los bancos, y a su vez sobre las personas físicas y jurídicas.

Otra forma que tienen los Bancos Centrales de modificar los tipos de interés pero sin variarlos directamente es mediante la inyección o reducción de liquidez. Para ello, ofrecen mayor o menor cantidad de dinero a la economía. Por ejemplo, si ofrecen menos dinero de lo que los Bancos necesitan, éstos están dispuestos a pagar un poco más por obtenerlo por lo que subiría el tipo de interés.

Consecuencias de las variaciones de los tipos de interés

Como ya hemos comentado, son los Bancos Centrales los que deciden cuáles son los tipos de interés se deben aplicar. Por ello, en cada periodo de tiempo los Bancos Centrales toman las decisiones que creen más convenientes para la economía del territorio concreto.

Por ejemplo, uno de los objetivos principales de los tipos de interés es el control de la inflación. Los tipos más altos de interés suelen traducirse en una reducción de la inflación, ya que si aumenta el coste de la financiación, también se reducirá el consumo y, por lo tanto, bajarán los precios.

Por otro lado, si aumentan los tipos de interés también se encarecerán los préstamos. Si para los bancos es más caro financiarse, para los consumidores que buscan un crédito o una hipoteca también. Además, es probable que suban otros tipos como el Euribor, por lo que las personas con hipotecas variables también notarán un aumento en su cuota mensual.

También, suele ocurrir que cuando suben los tipos de interés aumenta la apuesta de los depósitos bancarios, al igual que la inversión en rentable variable pasa a dirigirse al mercado de renta fija. Esto se debe a que el aumento de los precios, puede traducirse en un menor consumo, por lo que las empresas deben endeudarse más y son menos atractivas para el mercado.

Por último, una subida de los tipos de interés es símbolo de fortalecimiento de la moneda de un territorio porque aumenta su cotización. De esta forma, se mejora la exportación porque los productos que se venden son más caros. Sin embargo, puede ser interesante para otros países que pueden ofrecer sus productos que ahora son más baratos, en relación con los anteriores que acaban de aumentar su precio.