dinero

En el contexto actual, las personas han aprendido a ser más cuidadosas con su dinero. Por ello, antes de elegir un producto de ahorro suelen buscar mucha información al respecto. En estos casos, es imprescindible fijarse en los tres aspectos fundamentales: plazo, riesgo y rentabilidad.

El primer paso es considerar si nos resulta más conveniente contratar un producto a corto o a largo plazo. Para ello, es recomendable considerar si es que podría surgir algún imprevisto que nos obligue a disponer de ese dinero.

Con relación al riesgo, los economistas siempre aseguran que a mayor riesgo mayor rentabilidad. En otras palabras, esto significa que cada inversor debe asumir el riesgo que considere oportuno según sus necesidades, su experiencia, sus conocimientos, su situación económica, etc.

Finalmente, la rentabilidad también es un factor a tomar en cuenta. Aquí es necesario considerar que la rentabilidad no solo está ligada al plazo, sino también a la disponibilidad de dinero.