En términos económicos, un tributo es un tipo de pago o aportación que realizan los miembros de una sociedad de forma obligatoria al Estado, quien se supone que distribuye estos ingresos de acuerdo a las necesidades del país o región.

Los tributos se pagan habitualmente en base a un hecho imponible, que es la circunstancia que por ley obliga al pago de un tributo. Habitualmente el tributo representa además un determinado porcentaje del valor del hecho imponible.

Tipos de tributos

De acuerdo con la Ley General Tributaria o Ley 58/2003 existen tres tipos de tributos: los impuestos, las tasas y las contribuciones. A continuación definimos cada uno de estos tipos de tributos:

Impuestos

Los impuestos son un tipo de tributo caracterizado por que no existe ningún tipo de contraprestación a cambio de su pago. Aunque esta es una característica genérica de los tributos, se hace referencia a ello en el caso de los impuestos, por que estos no tienen vinculación alguna con la prestación de un servicio público. Los impuestos se pueden clasificar a su vez en varios tipos:

  • Impuestos directos o indirectos.
  • Los impuestos personales o reales.
  • Impuestos periódicos o únicos.
  • Los impuestos objetivos o subjetivos.

Tasas

Las tasas son un tipo de tributo que se caracteriza por gravar determinados hechos imponibles relacionados con el dominio público. Habitualmente las tasas gravan tres tipos de hechos: la utilización de un dominio público, la realización de alguna actividad en régimen de derecho público o también la prestación de servicios de índole pública.

Contribuciones

Las contribuciones son un tipo de tributo caracterizado por un gravamen en la obtención de algún tipo de beneficio por parte del obligado tributario. En este tipo de tributo, el hecho imponible es la obtención de un aumento de valor en los bienes del obligado tributario o sujeto pasivo de la contribución.