El término gravamen se utiliza normalmente en el ámbito económico, en el que se usa con varias acepciones. Principalmente un gravamen es un tipo de carga, limitación u obligación que se establece sobre un bien o transacción económica.

La palabra gravamen se aplica en el ámbito tributario en base al artículo 55 y siguientes de la Ley General Tributaria del 17 de diciembre de 2003. En este sentido el gravamen se define como la cantidad o porcentaje que se aplica a una base liquidable y que da como resultado la cuota a pagar sobre un impuesto.

Tipos de Gravámenes

Podemos diferenciar varias clases de gravámenes. Un gravamen puede ser específico o porcentual.

Gravamen específico

Este tipo de gravamen se aplica sobre unidades no monetarias. Se trata de una cantidad fija o porcentaje que se carga a determinados productos o servicios. No se calcula sobre el valor económico del bien en sí, sino que el cálculo se realiza sobre una cantidad de producto en litros o kilos. Por ejemplo, son gravámenes específicos los impuestos de los carburantes o del alcohol y el tabaco.

Gravamen porcentual

Este tipo de gravamen se carga en forma de cantidad fija o porcentaje sobre una base imponible expresada en unidades monetarias. Al gravamen porcentual también se le denomina alícuota. Los gravámenes porcentuales pueden ser de dos tipos.

  • Gravamen porcentual progresivo: en este caso el porcentaje aplicar varia y aumenta en función de una escala. Esta escala establece tramos sobre la base imponible sobre la que se cargará el gravamen. Por lo que a medida que aumenta en la escala la base imponible. También aumenta el porcentaje de gravamen. Un ejemplo muy claro de esta clase de gravamen lo encontramos en los impuestos sobre la renta de las personas físicas o IRPF.
  • Gravamen porcentual proporcional: el gravamen proporcional se usa con un porcentaje fijo. Por lo tanto no varía en función del valor que tenga la base imponible.