Como tal, el término salir a bolsa se refiere a una acción que permite que los activos de una empresa, llamados acciones, coticen en bolsa o lo que es lo mismo; hace que sean comprados y vendidos de manera libre en el mercado de valores.

Es una práctica que permite que una persona, jurídica o física (con ahorros), consiga unos rendimientos. Estos rendimientos van en función del riesgo que se quiere correr en momento de la operación.

Requisitos para salir a bolsa

Por lo general, una empresa sale a bolsa con el fin de obtener financiación pero no todas las empresas pueden salir a bolsa. De hecho, para ello deben:

– Tener un valor mínimo de 1.200.000 € entre todos los accionistas.
– El límite de acciones por accionista es el 25 %.
– Haber tenido beneficio en al menos tres años de los último cinco
– Deben disponer del correspondiente registro en la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) en donde tendrá que presentar la documentación que demuestre la sujeción de emisor e inscribirse al régimen jurídico que proceda.

El registro es la parte burocrática más complicada para la empresa que quiere salir a bolsa ya que debe aportar, entre otros documentos: estados contables, financieros, auditorías en los términos que estipula la Ley. Es un procedimiento largo y que conlleva gastos para la empresa ya que debe pagar unas tasas, cánones, auditorías; etc…

En resumen, salir en bolsa no es más que permitir que una empresa pueda cotizar en el mercado de activos y recibir de esta manera financiación.

Además de recibir el reconocimiento y prestigio que esto conlleva. Una empresa que cotiza en bolsa mejora su visibilidad. Es una operación adaptada para empresa de gran tamaño y con niveles de facturación muy altos para poder dar seguridad a los accionistas (en el cumplimiento de los requisitos que esta acción exige).