El concepto de utilidad marginal surgió en el siglo XIX para definir la satisfacción adicional o beneficio derivado que obtiene un comprador al consumir una unidad extra de un bien o servicio. Esta variable, imprescindible para comprender la economía, es empleada por los expertos para fijar la cantidad exacta de producto que comprará un individuo. Encontramos dos tipos de utilidad marginal: la utilidad marginal positiva (cuando al consumir un artículo extra aumenta la utilidad total) y la utilidad marginal negativa (cuando al consumir un artículo extra disminuye la utilidad total).

¿Qué determina la utilidad marginal?

A grandes rasgos, podemos afirmar que la utilidad marginal trata de responder a estas dos preguntas:

  1. ¿Cuántas unidades de bienes y servicios debemos consumir para maximizar nuestra utilidad total?
  2. En cuanto a niveles de consumo se refiere, ¿cómo podemos aplicar las conclusiones extraídas de la pregunta anterior para comprender el proceso de toma de decisiones que tiene una persona a la hora de adquirir bienes y servicios?

Relación entre la utilidad marginal y la utilidad total

Mientras que la utilidad total es la utilidad que proporciona la cantidad consumida del bien o servicio, la utilidad marginal no es más que el aumento de la utilidad total. ¿Qué quiere decir esto? Que mientras la utilidad total aumenta a medida que se incrementa el consumo de unidades de un bien o servicio, la utilidad marginal llega a ser decreciente durante un periodo de tiempo determinado.

Ejemplos prácticos de utilidad marginal

Teniendo en cuenta que la utilidad marginal puede ser positiva o negativa, vamos a enunciar una serie de ejemplos bastante representativos del concepto.

  • Cuanta más pizza comamos, menos satisfacción obtendremos con el paso del tiempo. Es decir, que las primeras porciones de pizza nos generarán una enorme satisfacción, pero si seguimos comiéndolas es posible que acabemos malos del estómago. En este caso concreto, la utilidad marginal alcanzaría cotas negativas y la utilidad total disminuiría paulatinamente.
  • Una silla que solo tenga dos patas no tendrá el valor suficiente, puesto que la estabilidad brillará por su ausencia. Sin embargo, si añadimos una tercera y una cuarta pata, la silla podrá sostenerse y por lo tanto la utilidad marginal de este producto será creciente.