El concepto de inmovilizado material se define como aquellos bienes físicos de carácter duradero que la empresa requiere para desarrollar su actividad normal. Por esta razón permanecen en su patrimonio durante un periodo superior al año y en el momento de la adquisición no hay intención de venderlos. A diferencia del movilizado inmaterial, cuenta con una entidad física.

Contabilizar la compra de inmovilizado material

Hay varias cuentas del Plan General de Contabilidad donde se recogen los elementos del inmovilizado material, que podría estructurarse de la siguiente manera. También podrás ver algunos ejemplos de inmovilizado material que puedes encontrar en cada una de estas cuentas.

  • Construcciones: cualquier nave industrial, edificio, etc.
  • Bienes naturales: fincas rústicas, solares urbanos, canteras, minas.
  • Maquinaria.
  • Instalaciones técnicas: se utilizan para contabilizar grandes estructuras creadas por construcciones, equipos o maquinaria, que forman una unidad.
  • Mobiliario: equipos de oficina, muebles.
  • Utillaje: moldes, plantillas, herramientas y pequeña maquinaria.
  • Equipos informáticos: ordenadores, impresores, escáneres.
  • Elementos de transporte: furgonetas, tractores, camiones.
  • Otro inmovilizado material: cualquier elemento que no se recoga en ninguna de las clasificaciones anteriores.

Hay que aclarar, por ejemplo, que cuando una compañía se dedica a la compra-venta de impresoras, para ella las impresoras no se integran dentro del inmovilizado material, sino de forma parte de las existencias. Básicamente porque se integran dentro de la estructura permanente y no van a ser utilizadas para el desarrollo de la normal actividad empresarial, ya que la función básica será la venta. Esto le lleva a incumplir los requisitos que se exigen para formar parte del inmovilizado material.

Diferenciar inmovilizado material e inmovilizado inmaterial

El inmovilizado intangible o inmaterial también se compone de los activos de la empresa, que forman parte de la estructura y que resultan básicos para desarrollar la actividad. También alargan su permanencia por encima del año y no se compran con intención de comercializar con ellos.

Sin embargo, la gran diferencia con el inmovilizado material la encontramos en que solo hay una existencia intelectual, incluyendo la investigación, desarrollo, concesiones administrativas, propiedad intelectual, derechos de traspaso, aplicaciones informáticas o anticipos para inmovilizaciones intangibles.

Tanto el inmovilizado material como el inmovilizado intangible se encuentran en el balance de situación de la compañía como parte del activo no corriente.