Vender créditos de carbono

Gracias al Protocolo de Kioto, las emisiones de gases nocivos a la atmósfera se han visto reducida en los últimos años. Llevar a rajatabla dichos permisos es primordial para que el proyecto que se quiso alcanzar en su momento se cumpla. ¡Y funciona!

Los bonos de carbono equivalen a una tonelada de dióxido de carbono. A su vez, la tonelada equivale a un Certificado de Emisiones Reducidas o CER. Las empresas tienen permitido emitir tantas toneladas como CER tengan en su posición.

Ventajas de comprar y vender bonos de carbono

El CER le da el derecho de poder emitir el dióxido de carbono equivalente a una tonelada. Pero para poder emitir dicha cantidad, la empresa deberá de conseguir el CER a través de proyectos verdes que ayuden a mejorar el medioambiente y la situación del calentamiento global en el planeta.

Si una empresa consigue más CERs de los que necesita, podrá venderlos en el mercado de créditos de carbono. En dicho mercado, las empresas que tienen exceso de estos bonos podrá venderlo sin problemas. Aquellas empresas que, por falta de iniciativa empresarial, necesiten adquirir permisos para expulsar más gases nocivos los podrá adquirir a la empresa que le sobran.

Digamos que esta práctica no es la adecuada, pues lo suyo sería que la empresa que desee un bono de carbono se lo tenga que ganar a través de la realización y puesta en práctica de proyectos verdes. No obstante, los organismos pertinentes sí permiten que esto se realice, pues de igual forma, el efecto contrarrestado ya lo ha realizado otra empresa.

Consejos para comprar bonos de carbono

Son muchas las empresas que ofertan bonos de carbono al mercado. Obviamente, este producto sólo podrá ser adquirido por empresas que necesiten emitir CO2 a la atmósfera. Esto quiere decir que los bonos están reservados no para inversores particulares, sino para empresas que necesiten emitir gases nocivos.

Esto mismo limita mucho el poder de compra de las empresas, siendo solo las que lo necesiten las que puedan adquirirlo. Serán empresas que estén en países industrializados, y que integren en sus procesos productivos alguna fase que emita dióxido de carbono o algún gas contaminante.

Algunas empresas se encargan en obtener varios Certificados de Emisiones Reducidas, como es el caso de empresas que encargan de producir los diferentes tipos de energía renovable. Es el caso de empresas como Iberdrola. Al conseguir varios CERs, tiene en su posición varios bonos de carbono que podrá vender a otras empresas.

Es recomendable que adquiramos los bonos de empresas que sepamos con seguridad que hayan realizado proyectos verdes que hayan tenido éxito o hayan salido beneficiados. Esto evitará problemas en el futuro en caso de que no se declare como proyecto viable.

Por otro lado, siempre es mejor que miremos en el mercado secundario a cómo se oferta un bono de carbono. Muchas veces, alguna de las empresas adquieren varios bonos a otras que después no usarán. Podemos negociar con esta empresa que no lo necesita para adquirirlo, a un precio inferior al que se lo compró a la primera empresa.