En el cálculo del IPC se incluyen productos como los cereales, las frutas o los productos energéticos. Esto plantea un problema, en los primeros las condiciones climáticas tienen un papel determinante a la hora de establecer los precios. Y en el caso de los productos energéticos se está condicionado por el precio del petróleo, que depende de su cotización en los mercados internacionales. Es decir, el IPC incluye productos cuyos precios dependen de determinantes que un estado no puede controlar. Para solucionar este problema se utiliza la inflación subyacente, que no incluye ni productos alimenticios ni energéticos.

¿Cómo se calcula el IPC subyacente?

Por tanto, el IPC subyacente se calcula restando al IPC los productos alimenticios no elaborados y los productos energéticos. Gracias a este concepto se puede valorar de mejor forma la variación de precios real que se ha producido en un país, ya que se eliminan algunos de los productos cuyo precio más varía, como es el caso de los vegetales o el petroleo, que dependen de muchos otros factores internacionales y no solo afectan a ese territorio. Aprende más sobre cómo calcular el IPC de un país concreto.

De esta forma, si queremos calcular la inflación de los productos de consumo provocada realmente por el desarrollo de la economía de un país, es necesario a través del IPC subyacente. Imaginemos que tenemos un IPC muy bajo y pensamos que se debe a una reducción del crecimiento de la economía de un país. Sin embargo, es posible que esto se deba a la bajada de los precios del barril de petróleo, algo que no podemos controlar desde nuestro territorio.

Si esto es así estaríamos haciendo una interpretación equivocada de la economía. Mientras que si eliminamos los productos con precios más volátiles es más fácil realizar una valoración real de cómo aumentan o disminuyen los precios realmente en una zona concreta.