La oferta de los productores puede dividirse en bienes y servicios. Los servicios, que es el término que estamos definiendo, se define como el conjunto de actividades que realiza una empresa para poder satisfacer las necesidades de un cliente.

El conjunto de actividades será desarrollado por personas o máquinas con la suficiente tecnología. Este conjunto de actividades podrá ser desarrollado por organismos públicos o por empresas privadas, y podemos encontrar: servicio de electricidad, agua, limpieza, telefonía, sanidad, Internet, educación, etc. El sector servicio es uno de los más importantes de España, considerándose un gran atractivo turístico para el país. Los proveedores de los servicios son los que componen el sector terciario.

La diferencia principal que encontramos entre un bien y un servicio es que el bien es tangible y el servicio no. No obstante, un bien no es totalmente tangible, y un servicio no es completamente intangible. Por ejemplo, el servicio de transporte es un bien intangible (ya que es algo que se disfruta pero no se puede tocar), sin embargo se usa un bien para poder transportar a las personas que sí es tangible.

Los servicios se consumen bajo la responsabilidad del cliente y ante la firma o la aceptación de un contrato o factura. En el caso de los bienes, cuando pagas por consumir un bien, ya estás informado a lo que te expones o a lo que te enfrentas. En este sentido, en los servicios pasa igual, ya que cuando se consume uno se está aceptando las condiciones por el cual se está consumiendo.

Después de todo y lo verdaderamente importante a vistas del personal de marketing, lo que realmente genera riqueza y genera futuras expectativas es la experiencia que ha vivido el usuario. Tanto si es buena, mala, mejorable, aceptable o cualquiera que sea su opinión, será la que cuente y la que se tendrá en cuenta a la hora de relativizar el coste de dicho servicio.