El marketing de guerrilla es una estrategia publicitaria que emplea técnicas poco convencionales y que exige de una inversión mínima para obtener la mayor difusión mediática a través de estas propuestas. Este sistema, por lo tanto, realiza cosas que otros no hacen e intenta sorprender al usuario con acciones poco habituales que en algunos casos no llegan a considerarse como publicidad.

Una campaña de marketing de guerrilla debe ser algo novedoso, que no se haya realizado con anterioridad, y que provoque que las personas lo compartan y ofrezcan esa publicidad gratuita que toda marca desea.

Este método resulta muy útil cuando se dispone de escaso presupuesto para desarrollar acciones puntuales de marketing, y en vez de gastar elevadas cantidades de dinero en publicidad en medios tradicionales se opta por invertir en imaginación, energía y tiempo.

Estrategias de marketing de guerrilla

Hay una serie de actividades de marketing de guerrilla que consiguen impactar sobre el público objetivo:

  • Flashmobs: aunque no se trate de una técnica publicitaria al uso, estas reuniones con numerosas personas para hacer una acción determinada en un lugar público resultan de lo más efectivas.
  • Ambient marketing: se trata de escoger un espacio público con mucha afluencia de personas y transformarlo para enviar nuestra campaña publicitaria a través de él.
  • Vídeos virales: consistiría en crear un vídeo en Youtube que captase la atención del público, consiguiendo ser visualizado por millones de personas.
  • Publicidad encubierta: esta estrategia se repite con bastante frecuencia en el mundo del marketing digital. Es el caso por ejemplo de los youtubers que hacen vídeos mencionando distintos productos y recomendándolos para incitar la compra.

Entre los ejemplos de marketing de guerrilla están por ejemplo los flashmob en un centro comercial con un grupo de personas bailando al ritmo de las canciones de una serie con intención de promocionarla o el ambient marketing de Kit kat, que ha ocupado muchos espacios público formando una combinación entre la marca y esos lugares, como pueden ser los bancos de los parques, en donde las maderas del asiento parecen tomar la forma de sus barritas de chocolate saliendo del envase. Con esta estrategia consiguieron que todo el mundo hablase de ellos sin invertir nada.