La cláusula Green Shoe es un derecho que una entidad que gestiona la salida a bolsa de una compañía, normalmente los bancos de inversión, que permite poder colocar un cierto número de acciones, entre un 5% y un 15%, del total de las acciones de la empresa. Este hecho se produce cuando se realiza una OPV, es decir, una Operación Pública de Venta, y la entidad gestora ve preciso sacar más capital al mercado, porque ha analizado la situación y prevé que exista una fuerte demanda de compra de acciones.

El origen de las cláusulas Green Shoe está en la compañía Green Shoe Manufacturing Corporation, cuando la empresa que gestionaba la colocación de sus acciones decidió utilizar en 1960 este sistema, sacando más capital al mercado.

Beneficios de la cláusula Green Shoe

El mecanismo de Green Shoe sirve para poder estabilizar el precio de venta de las acciones de la compañía cuando inicia su salida en bolsa. En el caso de que exista una gran demanda, el valor de las acciones puede aumentar y provocar una subida de precios, lo que resultaría en que ningún inversor compre dichas acciones.

Está claro que las cláusulas Green Shoe se utilizan mucho más cuando una empresa ya están consolidada y quiere desprenderse de algunas acciones que cuando la empresa es nueva, puesto que la reacción del mercado es mucho más clara y conocida en este segundo caso, por lo que el riesgo es mucho menor.

Las prácticas Green Shoe están sujetas a algunas críticas, puesto que pueden ser empleadas por los bancos y otras entidades gestoras de capital para poder obtener grandes beneficios. Estos beneficios puede emitirlos a un precio mayor o bien quedarse ese beneficio y venderlo en un futuro cuando el precio haya subido. Es lo que se denomina especulación.