El concepto de gastos iniciales en el ámbito financiero se refiere al presupuesto que maneja una empresa antes de emprender un proyecto. Para el correcto funcionamiento de una compañía será preciso contar con una serie de bienes y personal que dependerán de las características y tamaño de la empresa.

Para que no haya lugar a errores, hay que diferenciar entre gastos iniciales e inversiones. La adquisición de un servicio, bien o recurso necesario para el correcto desempeño de la entidad supondrá un gasto, mientras que el bien comprado por la empresa que no se consuma de manera inmediata y se se confía sacarle el mayor rendimiento posible en el tiempo adquiere la denominación de inversión.

El cálculo de los gastos iniciales supone una tarea básica en el momento de emprender. Los profesionales y negocios que no contemplan esto ven como al poco tiempo de comenzar con el proyecto se quedan sin dinero y obligados a recurrir a la financiación externa, con el posterior incremento de los costes. Por ello, es imprescindible preparar un plan de inversión inicial en el que se definan con la mayor exactitud todos los gastos necesarios para iniciar la actividad.

A la hora de estipular los gastos iniciales hay que ser muy prudentes, ya que por lo general los ingresos tardan en llegar y casi siempre por debajo de nuestras expectativas.

Consejos para calcular los gastos iniciales

Para evitar problemas de liquidez al poco de arrancar con una empresa debes tener en cuenta las siguientes recomendaciones.

  • Preparar un plan de negocio: ten en cuenta que siempre se acaba gastando más de lo previsto inicialmente. Hay que adaptar el plan a la realidad del negocio y a los potenciales clientes.
  • Reducir los gastos al máximo: no hace falta hacer todas las inversiones al comienzo de la actividad de la empresa. Los gastos se irán realizando en función de las necesidades.
  • Calcular correctamente tus precios: además de posicionarse en el mercado, también debes valorar cuál es el mejor precio para cubrir los gastos del principio.
  • Información sobre los trámites legales: arrancar un proyecto empresarial requiere de una serie de burocracia y trámites que muchas veces no tenemos en cuenta. Asegúrate que conoces todos los trámites precisos, además del pago de impuestos.
  • Gastos de los créditos: un crédito bancario supondría un gasto extra que se podría suprimir. Los intereses irán subiendo en el caso de no amortizar el capital o la tasa de interés es variable.