Escoger un depósito

Si tenemos dinero que no sabemos qué hacer con él, una de las mejores opciones es invertirlo en un depósito bancario. Los depósitos bancarios son productos financieros en los que se deposita una cantidad y el usuario recibe unos intereses transcurrido un tiempo. Dichos intereses proceden del dinero invertido, si este no es tocado por el usuario que lo depositó.

Aún así, existen muchas variantes de estos productos que hacen especial su forma de tratarse. Los intereses pueden ser entregados en forma de dinero o de especie, dependiendo del tipo de depósito bancario que elijamos.

Puesto que existen diferentes opciones, hoy te vamos a mostrar algunas claves para elegir un buen depósito y que obtengas con él la rentabilidad que desees.

Consejos para escoger un depósito bancario

Para encontrar los depósitos que más nos convenga es conveniente que nos fijemos aquél que más ventajas nos proporcione a nosotros como usuarios depositantes. Alguno de estos consejos son:

  • Disponibilidad del dinero. Debemos de tener en cuenta si necesitamos verdaderamente el dinero que vayamos a depositar a corto plazo. Si es así, lo mejor será no invertir el dinero en el depósito o escoger otro depósito distinto que permita introducir una cantidad inferior a la que nos piden. Por el contrario, si es un dinero que no nos hará falta en una brevedad de tiempo podremos usarlo para usar este producto financiero. Dependiendo del depósito, éstos van desde los 2 ó 3 meses hasta uno o cinco años.
  • Rentabilidad del depósito. Hay depósitos que nos ofrecen cierta rentabilidad frente a otros, tendremos que ver la que más nos convenga para quedarnos con dicha opción. Puede que nos ofrezcan TAE (rentabilidad anual) o TIN (rentabilidad total al final del plazo). Esto dependerá de cómo queramos obtener dicha rentabilidad, así si queremos más o menos.
  • Importe mínimo. Dependiendo de la entidad bancaria o el organismo que ofrezca el producto, la cantidad mínima para hacer un depósito variará. Lo normal son cantidades de 5000€ (o cercana a esta), aunque podemos encontrar entidades que realicen depósitos a importes menores al indicado o incluso que carezcan de dicha cantidad mínima.
  • Cobro de los intereses. Muchas veces cuando elegimos depósito interesa saber cuándo cobraremos los intereses que se obtengan del mismo. Existen 3 tipos de intereses diferentes:
    • Anticipado: son los que se otorgan al usuario una vez iniciado el período del depósito, donde normalmente no se permite que éste sea cancelado (ya que se pagaron los intereses anticipadamente)
    • Periódica: los intereses que se van generando por el transcurso del tiempo se le ofrece al usuario de manera mensual, trimestral, cuatrimestral, etc… Dichas cantidades son devueltas en una cuenta externa al usuario que podrá usar para invertir en otros productos, en el mismo depósito o servir como ahorro.
    • Al vencimiento: todos los intereses que se vayan ocasionando se entregan finalmente al finalizar el período del depósito bancario. Suele ser más flexible a la hora de la cancelación anticipada, repercutiendo así en los intereses que se deben.
  • Cancelación del depósito. Una vez hayamos iniciado el período en el que durará el depósito, no podremos sacar el dinero que hayamos dejado. En el contrato que hayamos firmado se indicará cómo y cuánta cantidad se podrá retirar en el caso de permitirse. De igual forma, retirar dinero o cancelar el depósito no es del todo ventajoso, pues dejaremos de tener la rentabilidad que hayamos fijado. En muchas ocasiones, ésta cancelación puede venirse seguida de un coste por parte de la entidad correspondiente como «multa» por haber desistido antes al plazo previamente fijado.
  • El tipo de pago. Existe la posibilidad de que el pago se realice en dinero o en especie (dándose el caso del pago por medio de regalos: TV, tablets, promociones, etc…).