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desempleoUn despido siempre es un duro golpe a la moral, así como un enorme riesgo para la economía doméstica. Sin embargo, ante una situación como esta, es importante que uno siempre entienda que se puede salir adelante. En este sentido, aquí presentamos algunas recomendaciones que se deberían tener siempre en mente.

Ante un despido, uno puede lamentarse, pero no agobiarse. Es importante tomarse un tiempo para desahogar sus frustraciones, sin embargo, hay que asimilar la situación lo más rápido posible para empezar a realizar acciones al respecto.

Un despido siempre viene acompañado de una carta de despido, el finiquito y la indemnización correspondiente. Según el estatuto de los trabajadores el trabajador percibirá 20 días de salario por año trabajado siempre que no supere el bruto anual. La indemnización por despido tributa en el IRPF, pero solo si supera los 180.000€, si nuestra indemnización no llega a dicha cantidad no tributará como rendimiento del trabajo. Se calcula que solo el 99% de los trabajadores despedidos tienen que pagar impuestos por la indemnización debido al mínimo tan elevado. Por tanto, es como si la indemnización no tributara. Existen diferentes tipos de indemnizaciones, procedentes o improcedentes, la cantidad a percibir depende de ello, pero el mínimo es el mismo para todos los casos.

Mucha gente, cuando pierde su empleo, suele mantenerlo en secreto. Este es el mayor error, ya que esto puede frustrar muchas oportunidades de obtener un nuevo empleo. Es posible que algún amigo, o algún amigo de nuestros amigos, pueda estar solicitando a alguien para un puesto de trabajo. Asimismo, es recomendable registrarse en el desempleo lo antes posible.

Finalmente, es recomendable que uno se esfuerce por actualizar y modificar su curriculum vitae. Un buen curriculum es la herramienta clave para conseguir un nuevo empleo y poder traer de vuelta la estabilidad a la economía del hogar.