El valor añadido es un término subjetivo, que podría definirse como el elemento que contribuye a que el cliente final elija nuestro servicio o producto en lugar del de la competencia. Ese valor añadido debe proporcionarle un beneficio al consumidor, dando respuesta a la pregunta por qué el cliente opta por nuestro artículo en vez de otro. Por ello, debemos realizar un análisis de la competencia exhaustivo que nos permita diferenciarnos de los demás y ofrecer al cliente

Ese valor añadido también debe ser captado por el cliente como una ventaja, que debe percibir que ese servicio o producto resulta más interesante que el de la competencia. Está muy relacionado con el valor de marca de los productos que venden las empresas.

Ventajas que proporciona el valor añadido al comercio

Los pequeños negocios pueden sacarle mucho beneficio al valor añadido con los siguientes aspectos:

  1. El conocimiento del valor añadido implica un análisis previo del perfil del consumidor.
  2. Gracias a este valor añadido conseguirá desmarcarse de las empresas competidoras, conociendo los beneficios que aportará a los clientes.
  3. Proporciona más personalidad a la compañía.
  4. Conseguirás un incremento de las ventas, pero para ello será preciso comunicar lo mejor posible el valor añadido del servicio o producto. El consumidor detecta esos beneficios, de los que también consigue sacar partido.
  5. Conseguirá un público más fiel, más identificado con la empresa porque comparte valores con ella.

El valor añadido no es algo en exclusiva de las grandes compañías. Los negocios de un tamaño más reducido también pueden encontrar su valor añadido. ¿Cómo?

  • Detectando cómo actúa y qué demanda el cliente.
  • Sabiendo los beneficios y ventajas que puede aportar su servicio o producto.
  • Estudiando el grado de satisfacción del consumidor una vez que finalice la compra.
  • Incorporar el valor añadido en los objetivos.
  • Promocionar y comunicar ese valor añadido al público.

Por lo tanto, el concepto de valor añadido significa el valor económico que gana un servicio o bien cuando es alterado en el proceso productivo. Por ejemplo, una silla de madera de pino natural, sin ningún tratamiento, puede costar 150 euros, pero si se le aplica una capa de barniz y un producto antibacterias su precio se incrementará. Este proceso es lo que se le conoce como valor añadido.