La definición de punto de equilibrio, punto muerto o umbral de rentabilidad en el ámbito de las finanzas hace referencia al nivel de ventas de una empresa para cubrir los costes fijos y variables. Esto implicará que una compañía, en su punto de equilibrio, contará con un beneficio igual a cero, en donde no perderá dinero, pero tampoco lo ganará.

Ese concepto de punto de equilibrio permite que la empresa cubra con los costos. En el momento en que aumente las ventas conseguirá situarse por encima del punto de equilibrio, cosechando de esa forma un beneficio. Por su parte, una bajada de las ventas reducirá el punto de equilibrio generando pérdidas.

Los negocios deberían tener en cuenta, incluso antes de sus comienzos, una posible estimación del punto muerto para conocer de esa manera el nivel de ventas preciso para recuperar la inversión realizada. De apreciar que no cubren los costos, la empresa tendría que afrontar una serie de cambios para conseguir un mejor punto de equilibrio.

Cómo calcular el punto de equilibrio

Cuando una compañía desea conocer el número de unidades de un producto que debe comercializar para obtener el citado punto de equilibrio o umbral de rentabilidad, debe realizar el siguiente cálculo. Bastaría con dividir los costes fijos entre el resultado de restar el coste variable unitario al precio de venta por cada unidad.

Por otra parte, la fórmula para conseguir el punto de equilibrio a través del cálculo para ventas a seguir sería la siguiente: dividir costes fijos por 1 – el resultado de la división del coste variable por las ventas totales.

La obtención del punto de equilibrio lleva a las empresas a saber cuáles son los costos a asumir. Eso implica conocer todos los desembolsos o salidas de dinero de sus cuentas. Además hay que diferenciar entre costes fijos y variables. Estos últimos cambian según el nivel de actividad.