Cuando se habla de premium estamos hablando de un adjetivo añadido a un servicio o producto por sus características, que se presentan especiales o de calidad superior con respecto al resto de servicios o productos. Para poder disfrutar de una oferta de esta calibre, lo más habitual es que se tenga que pagar una cantidad superior que el resto de ofertas existentes.

Los servicios premium, como hemos indicado, cuentan con prestaciones adicionales que proporcionan ventajas a los usuarios frente al resto que no lo tienen. El servicio contrario al premium es el freemium, que es el término que designa a bienes y servicios que no cuentan con las ventajas premium.

En cuenta a los beneficios que se pueden obtener con esta membresía, podemos encontrar una gran variedad: desde servicios de mensajería más rápida (Amazon Prime), contar con un servicio de streaming más eficaz, amplio y con mejoras en la app (Spotify Premium), acceder en exclusiva a descuentos por una suscripción (e-mail marketing de algunas tiendas), contar con una mejor atención al cliente y especializada, productos de mejor calidad por sus materiales (Mango o Zalando Privé), entre otras muchas ventajas y beneficios.

Aunque el calificativo de premium está más indicado para los servicios, debemos recordar que un producto también puede ser premium. Las ediciones especiales o de edición limitada, por ejemplo, son el ejemplo perfecto para este tipo de productos. Un ejemplo de ellos son las cervezas de edición limitada, realizadas con barriles de cebada especialmente tratados, o con un diseño muy exclusivo que conmemora momentos especiales del año (Carnavales, Navidad, verano, etc…).