La definición de gastos de explotación son los distintos gastos en los que incurre una compañía para el correcto funcionamiento de la actividad principal. Hace referencia principalmente a los gastos ordinarios de la empresa que son precisos para el objetivo con el que se constituyó, es decir, los gastos asociados con la actividad normal de la compañía.

Ejemplo de gastos de explotación

Un ejemplo de gastos de explotación en el caso de una fabrica de muebles son aquellos gastos precisos para la fabricación de mobiliario, como la madera empleada para realizar las piezas o el salario de los trabajadores.

Existen diferentes tipos de gastos de explotación. Los gastos de explotación incluyen distintas partidas, entre las que están:

  • Los gastos asociados con la mano de obra: se tratan de gastos fijos, al margen de la cantidad de producto que se comercialice. Tienen cabida en este apartado los salarios y sueldos de los empleados, además de las cargas sociales vinculados con ellos como las cotizaciones a la Seguridad Social y retenciones por IRPF.
  • Gastos vinculados con el consumo de materias primas o de mercaderías: Se refieren a gastos variables y podrán ser menores o mayores según la cantidad de producto que se oferte. Continuando con el ejemplo de la fábrica de muebles, en este aspecto encajarían las materias primas precisas para la fabricación de mobiliario (madera, chapas, cristalería, etc).
  • Otros gastos fijos operativos: se tratan de costes fijos que se presentan de manera independiente al producto presentado. En este sentido tienen cabida el alquiler de las instalaciones, seguros, gastos de agua y luz.

El concepto de gastos de explotación resulta de cierta importancia para las empresas, ya que a partir de ellos será posible calcular el resultado de explotación, que se consigue por medio de la diferencia de los ingresos de explotación y los gastos de explotación.

El resultado del ciclo de explotación señala el beneficio o pérdidas registradas de forma exclusiva por las actividad principal de la empresa, sin tener en consideración las cargas impositivas o el resultado financiero.