Las ganancias retenidas o utilidades retenidas son aquellos beneficios que la empresa ha ganado y que en lugar de repartir entre los accionistas, se deciden invertir en la propia compañía.

Estas ganancias se pueden utilizar para conseguir un mayor crecimiento de la empresa, como aumentar la plantilla, mejorar el presupuesto dedicado a investigación o para obtener un fondo de liquidez que permita a la empresa subsanar posibles situaciones de emergencia en un futuro.

En ocasiones son muy útiles para la empresa, ya que permiten que la empresa se autofinancie con su propio dinero, evitando así préstamos financieros que pueden llegar a tener un coste importante.

Cómo se calculan las ganancias retenidas

Para calcular las ganancias retenidas es necesario restar los gastos a los ingresos para conseguir las ganancias netas. A las ganancias netas hay que descontarle los dividendos que se reparten entre los accionistas (si es que se reparten ese año). En el balance de situación estas ganancias retenidas se añaden dentro del patrimonio de la empresa.