Lo has visto sólo una vez, pero ya sabes que lo quieres. Piensas que ya no habrán más oportunidades y que lo necesitas. Esta es la descripción que define a la perfección el concepto de compra compulsiva y desde ese momento que has visto ese bien, producto o servicio ya no hay vuelta atrás. Lo has acabado comprando. Esto es en lo que en términos de economía todos conocemos como compra impulsivas o compulsivas.

¿Qué es una compra impulsiva?

Por la definición de compra impulsiva concebimos como el conjunto de productos, bienes o servicios que hemos comprado sin previa intención. Es decir, justo lo contrario a una compra racional, aquella que ha sido premeditada.

De este modo, un producto que se han comprado de forma impulsiva no es un producto de primera necesidad, porque es un producto del cual se puede prescindir. Así, detrás de este tipo de compras suele esconderse un fuerte interés comercial y publicitario. Por eso, es muy fácil saber cómo se desarrolla el proceso de compra compulsiva: descubrir o ver el producto por primera vez, tener una sensación de deseo o agrado por él y comprarlo.

Tipos de compras impulsivas

En muchos casos, el proceso de compra compulsiva no se limita al primer visionado del producto sin más. El caso más habitual es el de la compra compulsiva pura es aquella que se produce en el mismo acto en el que vemos el producto por primera vez.

No obstante, hay otros tipos de compras compulsivas que son frecuentes, incluso algunos de ellos más peligrosos, esto sucede en las compras compulsivas y planificadas, aquellas en las cuales tras ver el producto los deseos de compra van aumentando con el paso de los días, esperando ciertas promociones o descuentos para conseguirlo por un precio inferior, pero finalmente tenerlo en nuestras manos. El consumidor en estos casos estima que ha realizado una buena compra, pero la realidad sigue siendo la misma, una compra compulsiva que no entraba en nuestros planes.

Cómo evitar una compra impulsiva

Para no caer en la tentación de la compra por impulso o la compra no planificada sí que hay algunas pautas que pueden ayudarnos, sobre todo cuando existe una alta competitividad en el mercado y una fuerte campaña publicitaria que va persiguiendo al consumidor. Teniendo en cuenta estos consejos para evitar una compra impulsiva que encontraremos a continuación será mucho más fácil resistirse a las fuertes acciones de marketing que nos vamos encontrando.

  • Lo primero de todo: el precio. Podemos preguntarnos: ¿cumplimos con nuestros objetivos de ahorro? Si los cumplimos, gratificarse por el trabajo y los esfuerzos que realizamos está bien, pero a veces es mejor pararse a pensar si compensa comprar un producto excesivamente caro teniendo en cuenta el esfuerzo que nos ha costado conseguir dicho dinero.
  • Cuando hayas detectado cuál es el producto que deseas comprar por impulso, piensa lo siguiente: ¿existe otro producto en el mercado similar a este? Analiza pues dicho mercado y todas las posibilidades que tiene. Es decir, haciendo una investigación del producto que deseas sabrás si es tan bueno como parece y si de verdad te hace falta.
  • Al mismo tiempo que consultas las características del producto que deseas, puedes revisar si existe en un mercado de segunda mano y bajo qué condiciones. Quizá para tratarse de un capricho o algo que no necesitamos en realidad valga la pena no invertir tanto en ello y destinar nuestros esfuerzos económicos a lo que de verdad necesitamos.

Por último, es importante tener en cuenta que los efectos de las compras impulsivas pueden ser muy negativos, y la responsabilidad y el conocimiento de dichas estrategias comerciales puede ayudarnos a tener en control de cada situación de compra que se nos presenta, especialmente, cuando hablamos de caprichos que nos damos.