Cuando se habla de los bienes complementarios, estamos hablando de aquellos vienen que necesitan de otro bien para poder ser consumido y satisfacer, de este modo, la necesidad del consumidor.

Pensemos en un sencillo ejemplo: el cacao en polvo. Lo más habitual es que para poder consumirse se tenga que utilizar la leche u otro ingrediente si se va a realizar una receta. Pues bien, la leche o los demás ingredientes en los que se pueda usar serán bienes complementarios, ya que necesitan de ella para poder ser consumida.

No obstante, este concepto hay que tratarlo con delicadeza, ya que, siguiendo el ejemplo anterior, a una persona le puede gustar consumir el cacao en polvo sin necesidad de otro bien, por lo que ya carecería de bienes complementarios.

Características de los bienes complementarios

En cuanto a las características de los bienes complementarios podemos destacar las siguientes:

  • Los bienes complementarios entre sí tienen una demanda relacionada: cuando se compra un bien, se espera que también se compre del otro bien que se es complemento necesario
  • Si aumenta el precio de un bien, la demanda del bien complementario cae (elasticidad de demanda cruzada negativa)
  • Son bienes que complementan una única necesidad de una persona, pero para ello hace falta más de un bien

También podemos hablar del grado de complementariedad de los bienes, en la que nos indica cuánto de complementario es un bien con respecto a otro. Frente a esto, destacamos los siguientes grados:

  • Complementarios perfectos: se consume en proporciones fijas, si se consumo uno se debe consumir la misma cantidad de otro
  • Complementarios normales: se consumen en mismas proporciones, pero no tiene que existir una relación exacta de cantidades, como sucede en el anterior