Son entidades privadas e independientes que se dedican a evaluar y probar la calidad crediticia, de las distintas entidades emisoras de títulos del ámbito público y privado.

Debido a que son muchas las entidades que emiten deuda; de unos años para acá, se han ido consolidando un tipo de agencia que analizan el riesgo de impago que tiene una empresa respecto de una deuda contraída; sea pública o privada, que se considera renta fija.

Para calificar el grado de fiabilidad crediticia se analizan varios factores; uno de los más importantes es calcular, al milímetro, el riesgo de crédito por cada título unitario de deuda que se emita. De esta manera, la calificación o dato resultante es usado por los inversores y los mercados, en general, para saber qué grado de riesgo existe. Esto evita que los interesados tengan que hacer cálculos para obtener la información.

Por lo general y en momentos de estabilidad en los mercados , un Estado “país” posee una calidad de crédito muy alta; mucho más que el de una compañía. La solidez de un Estado es mayor que el de una empresa. Por lo cual, es un buen índice para medir la capacidad de endeudamiento.

Ejemplos de agencias de rating

Actualmente, existen muchas agencias de rating. Sin embargo, hay unas que destacan por encima de otras; Moody´s, Standtard & Poor´s y Fitch IBCA, éstas en concreto son muy influyentes a nivel mundial. Lo que más llama la atención de estas agencias es que:

– No hay posiciones de riesgo
– No hay posiciones de intereses
– No tienen ninguna filiación a ningún grupo empresarial
– Tienen en cuenta la situación económico actual de los mercados financieros, estados financieros, etc…

Los títulos que emite una empresa pueden ser calificados por una agencia de rating. En este caso, será la misma empresa emisora la que haga frente a los gastos que ocasione esta gestión. Las agencias de rating juegan un rol relevante en lo que se refiere a los mercados financieros debido a que gracias las evaluaciones que emiten sobre las empresas pueden dar una base más sólida a la hora de que los inversores tomen decisiones acerca de un mercado o activo.