Equidad de género

Está claro que la igualdad de género es, hoy en día, un tema muy incandescente: a la sociedad le queda mucho por mejorar y hay diversos aspectos en los que el desarrollo de las mujeres en diferentes ámbitos pueden propiciar un crecimiento. Hablamos del tema que nos ocupa: la equidad de género en actividades económicas y su impacto positivo. ¿Qué es lo que se mejora y por qué? ¿A qué se deben estos cambios que se producen?

La economía y la desigualdad de género

Desde siempre es sabido que el hombre ha hecho todo lo posible por ser él mismo el que trabaje y la mujer la que obedezca y cumpla con sus tareas de la casa. Sin embargo, las cosas van cambiando y sabemos que esto es perjudicial no solo en el ámbito social, sino que también en lo económico se ve muy afectado.

Cuando la mujer se empezó a incorporar en el mundo laboral encontraron muchas desigualdades que, por desgracia, a día de hoy siguen existiendo: discriminaciones y agresiones por género, abusos sexuales y de poder, desigualdad salarial, entre otros.

Algunas desigualdades siguen perdurando a día de hoy: el techo de cristal y el techo de cemento son dos conceptos que se repiten y afectan a millones de mujeres. Es raro encontrar líderes mujeres o reconocimientos femeninos dignos de admirar, pues la sociedad no se ha encargado de resaltarlos pensando más en idolatrados hombres.

No obstante, lo que más ha pesado es el impacto económico que la discriminación a la mujer ha tenido. Si bien puede sorprender, la inserción de la mujer al mundo laboral y sus beneficios sociales en el trabajo son importantes para que una economía crezca. A continuación veremos cómo se desenvuelve esto en la sociedad y en qué ha afectado.

Beneficios económicos producidos por la igualdad de género

Podemos resumir los beneficios económicos de la equidad de género de la siguiente manera:

Las economías crecen si hay más mujeres con trabajo

La fuerza de trabajo producida por las mismas aporta un gran aumento del crecimiento económico. En este sentido, aumentar la fuerza de trabajo de las mismas o disminuir la disparidad entre ambos géneros es lo que proporciona dicho aumento.

Educar más ayuda a crecer rápido

Según ONU Mujeres, un aumento del nivel educativo provoca un 50% de crecimiento económico en países de la OCDE en los últimos 50 años, siendo algunos casos de niñas que accedieron a niveles superiores de educación y mayor igualdad en formación entre ambos géneros. Sin embargo, estos logros en educación no se tradujeron en mejores resultados en el ámbito laboral.

Si las mujeres ganan dinero por su propio trabajo, se modifican los patrones de gastos

Acceder al mercado laboral no solo ayuda a que se desvirtúe de quién tiene que realizar las tareas del hogar, sino que se puede llegar a cambiar los patrones de gastos en el ámbito familiar a beneficio de los hijos o hijas que se tengan.

Menor acceso a instituciones financieras que los hombres

No todo iban a ser buenas noticias: ser hombre te beneficia en obtener más fácilmente financiación que siendo mujer. Esto no solo pasa en financiación, sino que también ocurre para acceder a ahorros. El 55% de hombres, según el estudio de la ONU, tiene una cuenta en una institución, frente al 47% de mujeres. Una proporción mucho menor y que aún crea distancias.

A mayor formación en mujeres en edad reproductiva, menor mortalidad infantil

Por último, aquellas mujeres que están en edad reproductiva se contabiliza una menor mortalidad infantil si cuentan con una mayor formación frente a aquellas que reciben menos. Esto se puede observar, también, en el mismo estudio que comentamos anteriormente.