El IRPF o Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas es uno de los impuestos más conocidos del sistema tributario español, y su función es gravar la renta obtenida por los contribuyentes residentes en el Estado español en un año natural.
Este impuesto es progresivo, por lo que aumenta según crecen los ingresos del contribuyente, aplicando así los principios de progresividad, generalidad y capacidad económica propios del sistema tributario español.
La finalidad última de este tipo de impuesto es que al presentar la declaración de la renta el Estado conozca si cada uno de sus contribuyentes debe abonar una mayor cantidad de impuestos en función de sus rentas, o si por el contrario le corresponde una devolución de parte de los impuestos ya abonados.
La Agencia Tributaria retiene en la nómina de cada contribuyente una cantidad en concepto de IRPF en forma de adelanto, pero puede que al hacer la declaración de la renta todavía debamos abonar algo más o, por el contrario, percibir una cantidad que el Estado nos devolverá. Por lo tanto, como contribuyentes, ¿cómo podemos calcular el impuesto del IRPF para saber cuál será el resultado de esta declaración?
Vamos a averiguarlo enseguida.
Tramos del IRPF
El primer aspecto que tenemos que considerar para poder calcular este impuesto es en qué tramo de IRPF nos encontramos.
Los tramos del IRPF son rangos de ingresos salariales, a cada uno de los cuales le corresponden unos tipos impositivos determinados. Estos tipos impositivos se incrementan a la par que el tramo de IRPF en que nos encontremos, siguiendo el principio de progresividad que comentábamos antes. Podemos observarlo claramente en esta tabla, correspondiente a los tramos del IRPF publicados por la Agencia Tributaria para el ejercicio 2018:
Para obtener la base liquidable sobre la que aplicaremos los tramos progresivamente, se restan a la base imponible una serie de reducciones fijadas por ley para cada contribuyente en función de sus circunstancias personales. Así, será fácil identificar en qué tramos de IRPF nos encontramos atendiendo a nuestra base liquidable.
Luego, se aplicará el tipo impositivo correspondiente al tramo en cuestión, resultado de sumar el tipo estatal y el autonómico, que suelen coincidir, aunque depende de cada comunidad autónoma.
Pasos para calcular el IRPF
Una vez sabemos en qué tramo del IRPF nos encontramos en función de nuestra base liquidable obtenida en el ejercicio anterior, tan solo debemos aplicar el tipo impositivo que corresponda a nuestro tramo.
Debemos tener en cuenta que si nuestra base liquidable supera un tramo pero sin llegar al siguiente, se aplicará el impuesto de forma progresiva.
A continuación lo veremos con un ejemplo práctico.
Caso práctico de cálculo del IRPF
Vamos a ilustrar el cálculo del IRPF suponiendo que como contribuyentes hemos percibido unos ingresos de 18.000 euros anuales.
Como podemos ver, en este caso superaríamos el primer tramo pero sin rebasar el segundo, por lo que aplicaríamos para los primeros 12.450 € el tipo impositivo del 19%, y para los restantes 5.550 € (18.000 € – 12.450 €) el tipo impositivo del 24%.
El resultado sería el que sigue:
Base liquidable: 18.000 €
Primer tramo: 19% de los primeros 12.450 € = 2.365,5 €
Segundo tramo: 24% de los restantes 5.550 € = 1.332 €
Cuota resultante: 3697,5 €.
A esta cantidad habría que aplicar (restar) el mínimo personal, que se obtiene sumando el mínimo del contribuyente y los mínimos de sus descendientes, ascendientes y por discapacidad.
El mínimo del contribuyente está fijado en 5.550 €, que se incrementan en 1.150 € si es mayor de 65 años y en 1.400 € si supera los 75.
Los mínimos de descendientes, ascendientes y por discapacidad del contribuyente pueden consultarse en la web de la Agencia Tributaria, donde se detallan todos sus requisitos de aplicación.
Por último, a esta cantidad restaremos las retenciones y deducciones por maternidad -si procede-, obteniendo así la cantidad total a ingresar o a devolver.
