Un depósito a plazo fijo es un producto en el que el cliente entrega a la banca una cantidad de dinero durante un período de tiempo a cambio de una remuneración en forma de tipo de interés sobre el capital prestado.

El pago de este interés se puede realizar al final del período o fraccionado durante el mismo.

Si el cliente reclama su dinero antes de que finalice el plazo pactado, lo habitual es que la banca contemple una penalización que normalmente se traduce en una bajada de la rentabilidad ofrecida, por eso es muy importante a la hora de contratar este producto tener en cuenta la posible necesidad de liquidez del capital invertido.

En la mayoría de estos productos se suele permitir la renovación de la imposición por un período suplementario, en este caso se debe avisar a la entidad un tiempo prudencial antes del vencimiento para que no se pierdan días durante los cuales se podrían estar generando nuevos intereses.

¿Cómo funcionan los depósitos a plazo fijo?