El concepto incubadora de empresas hace referencia a organizaciones que se instalan en parques tecnológico o científicos que disponen de una serie de recursos para guiar a otras personas con ideas brillantes. Lo administran expertos en el ámbito de los negocios, que tienen la misión de orientar a los futuros emprendedores con sus proyectos.

Las incubadoras de empresas también se les conoce como viveros de empresas. Entre otras cosas proporcionan un espacio físico como oficinas, servicios compartidos como salas de reuniones, asesorías, acompañamiento, propuestas de inversión y el establecimiento de contactos para futuras alianzas.

Se encargan de detectar los puntos débiles y fuertes de las futuras empresas que se encuentran en fase embrionaria. Todo ello con el propósito de facilitar un entorno lo más adecuado posible y facilitar los recursos precisos para que esa compañía pueda crecer lo más rápido posible. Para ello se precisa de una oportunidad de negocio de la que se pueda sacar rentabilidad.

Una incubadora de empresas es un organismo que se encarga de buscar y promocionar aquellos proyectos con cierto potencial. Para ello tiene en cuenta distintos factores como puede ser el futuro que deparará el mercado en ese sector, los recursos humanos, la tecnología precisa, viabilidad, el enfoque local o global y si se trata de una propuesta innovadora.

Cuando no se cumple uno de estos requisitos, la compañía entrará en un proceso de preincubación con el propósito de mejorar aquellos puntos en los que flojea.

Por lo tanto, el concepto de incubadora de empresas no solo hace referencia a la ayuda económica, también a la gestión, planificación y organización de las start-up que se encuentran con posibilidades que tener éxito empresarial.

Ventajas de una incubadora de empresas

Contar con la colaboración de una incubadora de empresas permitirá disfrutar de una serie de beneficios que no se conseguirían de otra manera.

  • Colaboración: ayudan tanto en el apartado logístico, como en el económico a través de la financiación y de la gestión con los consejos y formación. Son el medio adecuado para establecer las bases de un negocio.
  • Reducción de riesgos: las opciones de fracaso se reducen considerablemente gracias al constante asesoramiento de expertos.
  • Trato personalizado: cada empresa es independiente dentro de una incubadora y se le da un trato personalizado. Los profesionales se encargarán de adaptarse a las necesidades de la empresa y del emprendedor con el propósito de conseguir una compañía con solvencia.