Se entiende por costes indirectos aquellos que no son directamente imputables a la producción de un determinado producto o servicio. Dentro de ellos, algunos autores distinguen entre los denominados semidirectos, cuando a pesar de no poder imputarse a un producto o servicio determinado, pueden imputarse a un centro de costes o departamento concreto. Y, los propiamente indirectos, que serían entonces aquellos que no es posible imputar ni a  un producto o servicio determinado, ni a ningún centro de coste o departamento concreto.

Además, suele distinguirse entre costes indirectos de producción, que son aquellos costes no directamente implicados en la producción pero sí necesarios para la misma, como puede ser la mano de obra indirecta. Y, los costes indirectos generales, que, a su vez, suelen dividirse en varios grupos. como son los costes indirectos comerciales, los costes indirectos de administración, y los costes indirectos de carácter financiero.

Para imputar los costes indirectos a los productos o servicios es necesario un cálculo de los mismos, que puede realizarse de diferentes formas, y un reparto. Esto es esencial, puesto que las empresas no son organizaciones sin ánimo de lucro, y es básico que los productos o servicios vendidos por la empresa reporten un margen o beneficio, ya que de otro modo no podría subsistir. Por tanto, debe procederse al reparto de los costes indirectos, una vez que sepamos la cantidad de costes indirectos que corresponden a cada unidad de producto o servicio.

De esta manera, podremos incluirlos dentro de los costes de venta, y establecer un precio para nuestros productos o servicios que nos aporte un margen de beneficio y permita la continuidad de la empresa. El reparto de costes indirectos puede hacerse por afectación, como ocurre con los costes directos. O por imputación, a determinados centros de costes, y, ulteriormente, al producto o servicio de que se trate.

Ejemplos de costes indirectos

Entre los diferentes costes indirectos de una empresa encontramos:

  • Alquileres
  • Impuestos
  • Gastos de Internet y teléfono
  • Amortizaciones
  • Combustibles