Diferencia entre tarjetas de crédito y tarjetas de débito

El uso de las tarjetas bancarias se ha expandido en los últimos años hasta el punto que es difícil encontrar personas que no dispongan de una de ellas. Estas tarjetas nos aportan una gran cantidad de facilidades para gestionar nuestro dinero y realizar pagos allá donde vayamos. Ya existen países en los que se está planificando la eliminación del dinero físico y sustituirlo por pagas electrónicos y con tarjeta.

Sin embargo, debemos saber que existen diferentes tipos de tarjetas bancarias. En general hay dos clases: las tarjetas de crédito y las tarjetas de débito. En muchas ocasiones se utiliza el concepto de tarjeta de crédito para hacer referencia a las dos modalidades, pero debemos saber que es un error ya que poseen diferencias importantes. Por ello, en este artículo queremos mostrar en qué se parecen y en qué se diferencias las tarjetas de créditos y de débito.

Similitudes y diferencias entre tarjetas de crédito y de débito

Antes que nada debemos saber que las tarjetas bancarias, sean del tipo que sean son mecanismos de pago que emiten las entidades financieras a sus clientes y que van asociadas a una cuenta corriente o de crédito, para que puedan disponer de su dinero cuando quieran.

Estas tarjetas son aceptadas por una gran cantidad de comercios para realizar los pagos. De esta forma cuando se paga un producto o servicios con una de estas tarjetas automáticamente se hace un transferencia bancaria del dinero exacto desde la cuenta asociada a la tarjeta a la cuenta del comercio. Además, las tarjetas bancarias te permiten extraer efectivo en cualquier cajero automático. Así tienes la opción de pagar con tarjeta o extraer dinero para pagar lo que necesites, sin necesidad de ir al banco.

A priori, estos dos tipos de tarjetas parecen iguales. Tanto las tarjetas de crédito como las de débito son aparentemente idénticas. Las dos son de plástico (también se les denomina dinero de plástico), se utilizan para lo mismo y contienen la misma información en la tarjeta. Sin embargo, su gran diferencia reside en cómo se abona la deuda que se genera cuando compramos un producto con la tarjeta.

Las tarjetas de débito están asociadas a una cuenta corriente que posee una cantidad de dinero concreta. Por ello, con este tipo de tarjetas solo puedes pagar cantidades que no superen el límite de dinero que posees en la cuenta. En el caso de que tengan una cantidad de dinero y alguna compañía te cobra algún recibo domiciliado con una cantidad superior, la cuenta se quedará en número rojos generando lo que se denomina un «descubierto». En estos casos la entidad bancaria suele cobrar una serie de comisiones por haber tenido que poner el dinero que te faltaba.

Por otro lado, las tarjetas de crédito te permiten pagar aunque la cuenta asociada no disponga de fondos. De ahí su nombre, porque la entidad financiera genera un crédito a su cliente por esa cantidad de dinero adeuda el cliente. De esta forma el banco está financiando el consumo del cliente, por lo que le cobrará una serie de comisiones pactadas con anterioridad. El usuario podrá devolver la financiación al mes siguiente, cuando vuelva a tener sus ingresos o también puede devolverlo a través de porcentajes en diferentes meses o cuotas fijas.

Es por esto que para emitir una tarjeta de crédito los bancos suelen hacer estudios de viabilidad para saber si el cliente podrá devolver su crédito, poner el límite de gastos y los intereses que le costará. Sin embargo, las tarjetas de crédito suele ser un servicios básico que ofrecen la mayoría de cuentas y al que puede acceder todo el mundo.