Tipos de impuestos en España

El Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas – más conocido como IRPF -, el impuesto sobre sociedades, el impuesto sobre sucesiones y donaciones, el IVA… Son algunos ejemplos de los tipos de impuestos más conocidos. 

Se trata de tributos que tanto las personas físicas como las personas jurídicas deben pagar al estado, a la comunidad autónoma o al ayuntamiento local por ley dentro de un periodo de tiempo estipulado y que tienen como finalidad satisfacer las necesidades de las arcas públicas.

En función de las características y la finalidad de estas contribuciones, es posible distinguir diferentes clases de impuestos que se aplican a nivel estatal, autonómico o municipal.

A continuación, detallamos las más significativas y analizamos sus rasgos más importantes.

¿Cuántas clases de impuestos existen?

A la hora de determinar una clasificación de los impuestos, es conveniente tener en cuenta distintos criterios, como por ejemplo, el ámbito territorial en el que se aplican sus efectos, la naturaleza de su tipo de gravamen, las circunstancias personales del contribuyente, etc. Así, los principales tipos de impuestos serían los siguientes:

1. Impuestos estatales, impuestos autonómicos e impuestos municipales

Teniendo en cuenta la administración que los exigen, los impuestos se dividen en:

2. Impuestos personales y reales

También podemos diferenciar entre aquellos impuestos que se definen atendiendo a un sujeto determinado (impuestos personales), ya sea una persona física o jurídica, y aquellos impuestos que, por contra, se estructuran sin tener en cuenta a ningún sujeto en concreto (impuestos reales). El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) es un ejemplo de impuesto personal, ya que recae sobre los ingresos de los individuos conforme a la actividad que realizan y a la ganancia que obtiene por una actividad profesional o comercial, mientras que los precios rurales conforman un ejemplo de impuesto real, ya que recae sobre un precio específico por la condición de su ubicación geográfica.

3. Impuestos directos e indirectos

Otra clasificación importante es la de los impuestos directos e indirectos. Por un lado, los impuestos directos se aplican sobre la capacidad económica del contribuyente o sobre sus ingresos globales en un periodo de tiempo determinado, como pueden ser su renta o su patrimonio; mientras que, por otro lado, los impuestos indirectos recaen sobre las manifestaciones indirectas del capital del contribuyente, por la utilización de la riqueza.

4. Impuestos proporcionales, progresivos y regresivos

Dependiendo del tipo de gravamen, los impuestos pueden ser proporcionales, progresivos y regresivos. Por lo que respecta a los impuestos progresivos, podemos decirte que son aquellos cuyo tipo de gravamen es más alto conforme más alta es la base imponible o la renta del individuo, como es el caso del IRPF. El objetivo de este impuesto es que pague más al estado quien tenga una capacidad económica más elevada. Por otro lado, los impuestos regresivos son aquellos en los que el tipo de gravamen decrece a medida que aumenta la base liquidable, y los impuestos proporcionales establecen un tipo de gravamen fijo, que no varía dependiendo de si la base liquidable es menor o mayor, como sucede con el Impuesto sobre Bienes e Inmuebles, ya que su tipo de gravamen es único.

5. Impuestos periódicos y no periódicos

También podemos clasificar los impuestos en función de la periodicidad con que se aplican. Por ejemplo, el Impuesto sobre Sociedades es un impuesto periódico, ya que se repite en unas fechas concretas (todos los años), mientras que el Impuesto sobre Transmisiciones Patrimoniales es un impuesto no periódico, puesto que su devengo no va unido a unas fechas exactas, sino a la realización o no del hecho imponible.