Este tipo de riesgo se presenta por la posibilidad de que existan errores en la formulación de los contratos. Se puede considerar una modalidad de riesgo operativo. Pero también se presenta por una interpretación de los contratos diferente a la esperada, e incluye los posibles incumplimientos de regulaciones legales y el riesgo legal originado por conflictos de intereses.
Características del riesgo legal
Así, podemos definir el riesgo legal como el riesgo que existe de que una organización pueda infringir la legalidad o la regulación impuesta por la administración del territorio en el que se encuentra. Esto no implica que una empresa cometa actos ilegales con intención. Como ya hemos comentado, es posible que se realicen interpretaciones diferentes o se cometan errores a la hora de realizar los contratos y documentos.
Además, también existe la posibilidad de una persona física o jurídica se encuentre dentro del marco legal y que las leyes cambien con el tiempo. Los cambios en las normativas pueden llegar a provocar graves perjuicios en nuestra organización. Por ejemplo, imaginemos que en un tiempo el producto que comercializa una empresa pasa de poder venderse en cualquier legal a solo poder conseguirse en establecimientos autorizados. Esto provocaría, sin ninguna duda, una problemática para la compañía que tendría que buscar la forma de adaptarse a ello.
Estos riesgos económicos son relativamente fáciles de controlar si estamos al día con las leyes que regulan nuestro ámbito o sector. Por ello, es necesario tener un buen equipo jurídico que nos asegure actuar dentro de los límites que marca la ley o contar con asesores que nos ayuden a conseguirlo. Por el contrario, podemos tener problemas en la justicia, la cual nos puede poner sanciones y multas por no amoldarnos a las normas establecidas.
