Desde que estalló la burbuja inmobiliaria en el año 2008, el sector inmobiliario ha vivido sus momentos más bajos, tanto en alquiler como en venta, viendo cómo la venta de propiedades se estancaba y los alquileres se reducían hasta niveles inusitados.

Por esta razón, muchos propietarios se veían obligados a reducir el precio del alquiler para poder sacarle rentabilidad, mientras que otros debían reajustar el precio de venta de sus viviendas si no querían que se quedasen vacías por tiempo indefinido. Y muchas veces estas medidas no eran suficientes para solucionar el problema. Por su parte, un gran número de potenciales compradores y arrendatarios contemplaban cómo sus posibilidades de entrar a vivir en un nuevo hogar se diluían, al empeorar sus condiciones salariales y en otros casos directamente quedarse sin empleo.

Por suerte, en los últimos meses esta situación está empezando a cambiar. Prueba de ello es la actividad de cualquier agencia inmobiliaria en Barcelona, Madrid u otra gran capital, que es siempre buen indicador de lo que se cuece en el sector de la compra-venta y alquiler de inmuebles. Su volumen de trabajo está aumentando, ofreciendo una mayor oferta de pisos y casas, así como registrando una mayor demanda por parte de aquellos que buscan un nuevo hogar. Y no solo eso, el número de agencias inmobiliarias también está creciendo. Una muestra más de la recuperación del sector.

¿A qué se debe esta mejoría en el sector inmobiliario?

  • En primer lugar, la economía española está mostrando signos de crecimiento y el empleo, aunque con mucha temporalidad, también ha aumentado sensiblemente. Todo ello predispone a la población a comprar y alquilar en mayor medida.
  • Además, y gracias a la demanda creciente, alquilar una vivienda se está perfilando como una opción muy rentable para los inversores, que aumentan la oferta de viviendas, lo que cierra el círculo al alza.
  • La presencia de inversores externos, cada vez más presente en España, también es un importante motor para la economía, potenciando la construcción y la contratación de mano de obra.
  • Las buenas cifras del turismo también contribuyen a mover la rueda de la compra y, sobre todo, del alquiler de viviendas en las zonas más demandadas por aquellos que nos visitan.

Pese a esta mejoría en la industria del ladrillo, la situación está muy lejos de llegar a los niveles previos a la crisis –probablemente sea mejor que no se alcancen aquellas cifras desmesuradas de la última etapa–, pero de todos modos es una gran noticia para esta industria y para la economía en general, tan influida por la salud del sector del inmueble.