Lobbies económicos

Cuando hablamos de lobbies, se nos viene a la cabeza dos conceptos totalmente diferentes. Uno de ellos es la acepción de entrada o vestíbulo principal de un determinado edificio. La otra acepción es la que te vamos a definir a continuación.

¿En qué consisten los lobbies?

Un lobby (el singular de la palabra lobbies) es un grupo de personas con intereses comunes que tratan de llevar a cabo acciones (normalmente manifestaciones), en detrimento de determinados sectores que tienen relación con las Administraciones Públicas. En este sentido, podemos destacar algunos lobbies importantes como lo son el de la energía, la salud y la banca que tratan de conseguir una serie de objetivos mediante unas determinadas acciones de forma comunitaria.

Comúnmente se ha connotado como negativo este tipo de acciones pero todo lo contrario, normalmente los lobbies sirven para llevar a cabo ciertas acciones o peticiones que los Gobiernos no están teniendo en cuenta. De este modo, las decisiones que tomen los Gobiernos no serán solo bajo el interés propio y sin tener en cuenta la opinión de los demás, sino todo al contrario.

La importancia de los lobbies

Los lobbies tienen un importante papel en la economía. Como hemos dicho, suelen estar para poder reclamar o exigir ciertas cosas que no se están teniendo en cuenta a los gobiernos. Por este motivo, decimos que la importancia de estos grupos de personas son clave en la sociedad.

Lo habitual (y normal) es que los lobbies se escondan creando falsas ONG que, al fin y al cabo, buscan un bien común para los integrantes que apoyan sus decisiones. Otros, en cambio, son grupos de empresas que tienen ciertos objetivos en común y los reclaman en la sociedad.

Si este grupo de personas son capaces de cambiar ciertos aspectos de la economía, son capaces de incidir en la sociedad. De ahí la estrecha vinculación entre lo que sucede en la economía y lo que se deriva de la sociedad.

Algunos de los lobbies que más influyen sobre la economía son los lobbies financieros. El «City of London«, por ejemplo, representa a un grupo de bancos que operan desde Londres y que apoyan campañas para la regulación sobre los fondos de alto riesgo (o también conocidos como hedge founds). Otros ejemplos de este tipo de lobbies son el de la Dirección General de mercado Interior o la Asociación de Gestión de inversiones Alternativas.

¿Son buenos o malos su existencia?

Ante determinada pregunta existe mucha ambigüedad. Los lobbies pueden ser buenos, como hemos explicado, porque tratan de ayudar a la sociedad a que se incline hacia ciertos aspectos que los Gobiernos no habían tenido en cuenta y se cambien ofreciendo un resultado mejorable para todos en común.

El problema aparece cuando los lobbies se manifiestan en contra de ciertos derechos que beneficien a la sociedad en colectivo o cuando velan por su propio interés, solamente. Cuando los problemas, necesidades o ambigüedades se explican razonadamente no tiene por qué haber problemas. Pero cuando se hace de manera incorrecta, se presionan a los Gobiernos continuamente y encima se usa la amenaza para que se actúe, la existencia de los lobbies puede llegar a ser perjudicial más que beneficioso.

Por esta razón y ante la duda, recomendamos que nos informemos sobre determinados lobbies que están siendo criticados. Muchas de las críticas que se reciben se hacen mediante periódicos que esconden ciertas ideologías políticas detrás cuando, realmente, el único objetivo de ciertos lobbies es el cumplimiento los objetivos de su grupo.