Cooperativa de crédito

El mundo cambia. Ya no solo existen entidades financieras o bancarias en España para financiar empresas. El paso del tiempo, la determinación de nuevas oportunidades y la importancia de la estrategia empresarial de determinadas organizaciones determinan que se priorice más o menos ciertos aspectos.

Es así como evoluciona el concepto de las cooperativas de crédito, centrando sus actividades en ciertos aspectos que lo iremos desarrollando a continuación.

¿Qué son las cooperativas de créditos?

Pero entonces, ¿qué son las cooperativas de crédito y por qué se diferencian de los bancos tradicionales? Las cooperativas de crédito son entidades similares a los bancos que ya conocemos, con la salvedad de que éstas (además de ser supervisadas por el Banco de España) tienen como objetivo prioritario el depósito de los ahorradores, así como ayudar a la financiación de pymes o de consumidores.

Al tratarse de una cooperativa, son los propios socios cooperativistas los que aportan el capital a la entidad, además de la potestad de tomar decisiones directivas en cuanto a la dirección de la cooperativa se refiere. Dichos socios son los compuestos por trabajadores y clientes.

Estas entidades se han visto afectadas por el proceso de concentración de entidades bancarias, por lo que muchas de ellas se han visto en la necesidad de integrarse con otras para evitar su desaparición y su salida de la crisis.

En definitiva, éste tipo de sociedades (o entidades financieras), ha tenido un claro objetivo social centrándose en las empresas locales y operando, en la mayoría de sus casos, en terreno «familiar», es decir, local. Dicho enfoque es lo que le ha proporcionado a dichas cooperativas cierto poder de expansión y obtener más socios.

Algunos ejemplos de cooperativas de crédito son las Cajas Rurales (C.R. del Sur, C.R. Granada, …), Cajamar, Caja Almendralejo, …

Características de las cooperativas de crédito

Para saber cómo funcionan, es necesario conocer algunos aspectos clave de este tipo de cooperativas:

  • Se trata de una entidad de carácter cooperativo. La mayoría de los bancos en España no están formalizados como cooperativas, sino como sociedades anónimas. En el caso de este tipo de cooperativas, se refieren a las que, como hemos visto, su actividad principal se basa en el manejo de ahorros de consumidores y concesión de crédito.
  • Los socios cooperativistas que integran la sociedad son los que aportan capital a la sociedad, además de tener poder a la hora de tomar decisiones importantes dentro de la dirección de su organización.
  • Cada vez existen menos cooperativas de crédito que cualquier otro tipo de banco. La causa principal fue el proceso de integración de entidades bancarias (hace unos años) que provocaron que la mayoría de cooperativas de este calibre formaran coaliciones o uniones para evitar que se disolvieran. En concreto, fueron más de 90 cooperativas de crédito las que existieron en España antes de la crisis de 2008.
  • Las cooperativas de crédito tienen un mayor número de oficinas por clientes que el resto de bancos. Se debe al objetivo social al que se inclinan dichas entidades. También se debe al acercamiento social que tienen con sus clientes: ofrecerle las mejores garantías de su presencia en el ámbito en el que actúan.
  • La gobernanza en este tipo de cooperativas es de especial importancia. Por un lado están formalizadas como cooperativas y por otra como entidades de crédito. Debido a estas dos características que definen su carácter, la dirección dentro de ellas es de relevante importancia así como las decisiones que tomen sus socios.
  • El compromiso social es un aspecto fundamental en este tipo de cooperativas. La financiación, ayuda, o cualquier tipo de acto que beneficie a los consumidores, pymes o cualquier entidades de tipo local serán el objetivo prioritario de las cooperativas de crédito. Es por ello, que el enfoque local de estas entidades se vea reflejado en los actos donde participa como patrocinador, en subvenciones o similares.