Declaración de prodigalidad

Antes de empezar a hablar sobre lo que significa la declaración de prodigalidad es importante que analicemos el significado de la palabra en sí. Se le llama prodigalidad a la conducta de una persona que se caracteriza por la habitualidad en la disipación de los bienes propios, malgastándolos de forma desordenada.

Nuestra Ley de Enjuiciamiento Civil concede al cónyuge, a los descendientes o ascendientes que perciban alimentos del presunto pródigo o en situación que pueda reclamar, el derecho a instar una declaración judicial de prodigalidad. El juez encargado del caso tendrá que determinar si la persona en cuestión se trata de pródigo o no.

¿Qué consecuencias tiene la declaración de prodigalidad?

La declaración de prodigalidad provoca que una persona se encuentre en régimen de curatela. Esto quiere decir que, según la sentencia, se fijen ciertos actos de contenido patrimonial los cuales necesitarán supervisión ratificación de un curador. Si se llevan a cabo sin tenerla en cuenta, será anulables a sabiendas del curador o del propio pródigo cuando deje de serlo. La sentencia, además, deberá determinarse y especificarse en qué registros deberá ser inscrita para que se tengan en cuenta sus efectos (Registro Civil, Mercantil, de Propiedad Inmobiliaria, etc), que dependerá de la índole de la declaración.

Por otro lado, la declaración de prodigalidad carece de efecto retroactivo, por lo que los actos anteriores a su inicio no pueden ser juzgados.

¿Qué ha de suceder para la declaración de prodigalidad?

Ante la incertidumbre de las personas, es importante que tengamos en cuenta que existen ciertos puntos que tenemos que respetar para que veamos claro que podemos concurrir en una declaración de prodigalidad. Los motivos:

  • Por un lado, que, dentro de un ámbito normal, se dé una conducta desordenada y ligera en la gestión del patrimonio por desarreglo de costumbres u otros motivos ajenos. Un ejemplo es que nuestra pareja, se ha vuelto un ocioso u ociosa del juego, y nuestro capital es muy variante con respecto a como lo era antes.
  • Segundo, la conducta debe ser habitual en el ámbito que se está teniendo en cuenta.
  • Por último, debe suceder que se ponga en peligro de manera injustificada la conservación del patrimonio con perjuicio de otras personas unidas al pródigo y por las cuales existe un vínculo que implique que le afecte con sus obligaciones morales y jurídicas.

No obstante, es importante aclarar estos puntos, ya que no se cumple en todos los casos. Una conducta puede suponer riesgos económicos pero la causa puede estar justificada, de manera profesional, persona o familiar. Esto puede ser personas que operan en bolsa y que su capital aumenta y disminuye con mucha frecuencia.

Por esta razón, se indica que la declaración de prodigalidad es de un carácter más preservativo que sancionador, al intentar prevenir o proteger el riesgo de ruina del capital de una determinada familia.

¿Quién puede solicitar la declaración de prodigalidad?

En definitiva, la declaración de prodigalidad podrá ser solicitada por aquellas personas a quienes afecten los actos que, de manera directa o indirecta, afecten a su bienestar. En concreto estas personas son:

  • El cónyuge o persona que podría encontrarse en una situación similar
  • Las personas que efectúan el papel de descendiente o ascendiente y reciban alimentos del pródigo o se encuentran en situación de poder hacerlo
  • Aquellas personas que fuesen representantes legales de las anteriores o, en su defecto, el Ministerio Fiscal