2021 ha sido un año de cambios para España en muchos sentidos. Ya no es solo la pandemia la que ha hecho que nos replanteemos muchas cosas, sino también cambios sociales que hacen que veamos las cosas de otra manera. Por ello, podemos afirmar que más o menos podemos tener ciertas previsiones económicas para los años venideros. En concreto, 2022 está a la vuelta de la esquina y ya sabemos algunos datos que pueden estar afectando a la economía española para dicho año.
Previsiones para la economía española en 2022
A continuación, vamos a aventurarnos a realizar una serie de pronósticos o previsiones de lo que apunta a ser la economía española en 2022.
1. Exportaciones
Para el tema de las exportaciones, tenemos que comentar que su comportamiento será óptimo y que podrá ayudar a compensar la pérdida de la economía mundial debido a la crisis sanitaria sufrida. Según datos del INE, la aportación del sector exterior al crecimiento en 2021 será de cuatro décimas, frente a tres en la previsión de julio.
2. Crecimiento del PIB
Al menos a principios de años, en los que se prevé que aumentará este indicador hasta un 6%, siendo un 2% superior a la previsión anterior gracias a una suavización de las presiones inflacionarias en ciertos mercados, así como del auge del Plan de recuperación. Este último ayudará a que se hagan más inversiones en construcción y en bienes de equipo.
3. Demanda nacional es el factor principal para el crecimiento
Durante este próximo año, el factor principal que hará que se expanda el crecimiento seguirá siendo la demanda nacional, teniendo una aportación de 5,4 puntos. Por su parte, el consumo privado también se ha revisado y se sustenta en el aumento de la renta disponible de familias en términos reales, siendo de un 2%.
3. Los productos energéticos también tiene su papel en la proyección económica
En concreto, la electricidad y otros productos energéticos, así como minerales, metales y semiconductores seguirán marcando una gran diferencia inflacionaria como lo ha estado haciendo este año a partir del tercer trimestre.
Los precios internos (como el deflactor del PIB) así como los salarios tenderán a moderarse en cuanto vaya avanzando el año. Esto se verá justificado por lo comentado anteriormente, ya que la energía tendrá gran influencia para afectar a estos factores.
4. La balanza corriente de España tendrá un saldo positivo
Aunque exista un deterioro de la relación de intercambio, la balanza corriente será positiva y dependerá del turismo internacional que aumente progresivamente o no. Según se ha recabado en algunos informes, existe la posibilidad de que se aumenten las transferencias europeas (según el programa de Next Generation) provocando así que existan más posibilidades de financiación y una mayor capacidad económica.
5. La tasa de parados podría bajar, aunque progresivamente
No es de mal esperar que el número de ocupados pueda aumentarse hasta niveles de antes de la crisis a finales de este año próximo. No obstante, no será algo que se consiga tan fácilmente y que, en gran medida, depende de factores como la población activa (que se espere aumente), alcanzando una tasa de paro del 14% en el último trimestre del año. No obstante, estas previsiones vienen mermadas por la posibilidad de que estos datos pre-COVID no se cumplan, pudiendo variar la tasa final de parados según los trabajadores que permanecen en ERTE.
6. Deuda pública
El Banco Central Europeo comprará deuda que, junto a los bajos tipos de intervención, podrán ayudar a reducir la carga financiera que tiene el Estado y así destinar el dinero a otros presupuestos. El déficit se situará en torno al 6%, con muy poca desviación de lo planteado en el PGE. Por último, la deuda pública alcanzará cuotas muy elevadas en algunos momentos, llegando a ser próximas al 117% con respecto al PIB, algo que se prevé que pasará.