Algunos bancos o medios de prensa ofrecen información sobre la inestabilidad de precios y cómo esta puede afectar la economía doméstica. Sin embargo, por lo general esta información es bastante detallada y muchos de nosotros no podemos llegar a comprender lo que realmente ocurre.
La inestabilidad de precios, sobre todo, afecta a los consumidores. En otras palabras, afecta a todas las familias que deben gastar para cubrir sus necesidades básicas. Esto se debe a que un alza sostenida de precios genera inflación. En este contexto, el dinero líquido de todas las familias cada vez tiene menos valor.
Pero la bajada generalizada de los precios también es un mal síntoma para la economía doméstica. Estas situaciones de deflación generan retraso de producciones, paras en el consumo privado (ya que se empieza a especular una mejora de precios en el corto plazo), desinversión, entre otros problemas.
También podemos mencionar que la inflación genera mucha desconfianza en una moneda. Por esta razón, los organismos que se encargan de solucionar estas adversidades, con la intención de mantener una inflación menor al 2% cada año, son el Banco Central Europeo y el Banco de España.