Wall Street cerró este lunes su jornada más negra desde la crisis financiera de 2008. En concreto, el Índice Dow Jones sufrió una caída del 7,8%, la más pronunciada desde hace más de diez años con la quiebra de Lehman Brothers, debido al fuerte descenso de casi un 30% en el precio del petróleo y al temor a la expansión del coronavirus a nivel mundial.
El Dow Jones industrial perdió 2.000 puntos y cerró en los 23.848 enteros, hasta 5.700 puntos menos que el máximo alcanzado hace tan solo tres semanas. El tecnológico Nasdaq se despidió de los 8.000 puntos (7.948,03 enteros) y el S&P 500, índice basado en la capitalización bursátil de 500 grandes empresas cotizadas, acabó la jornada con una caída del 7,6% (2.746,56 puntos).
En este sentido, continúan las turbulencias en los mercados que ya se habían iniciado hace semanas, debido en gran parte a la incertidumbre de los inversores, preocupados por el impacto económico de la expansión global del coronavirus. A todo ello se ha sumado la batalla entre dos de los principales productores de petróleo del mundo, Arabia Saudi y Rusia, el pasado fin de semana. La ruptura de las negociaciones entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia ha causado un descenso muy pronunciado del precio del crudo, del que Estados Unidos es el primer productor mundial.
En concreto, el petróleo se hundió este lunes un 24% (hasta los 36 dólares el barril), y ha registrado su mayor caída desde la Guerra del Golfo del año 1991, tras la ruptura entre la OPEP y Rusia que ya hemos comentado y el temor a que dé comienzo una guerra de precios.