¿Cuáles son los tipos de IVA?

Tanto si eres dueño de una empresa como si eres trabajador autónomo, estarás obligado a liquidar el IVA correspondiente a tus operaciones comerciales cada trimestre como sujeto pasivo del impuesto, aunque el contribuyente en último término sea el consumidor final. No obstante, es posible que te surjan muchas dudas sobre los diferentes tipos de IVA que existen (el IVA soportado o deducible y el IVA repercutido o devengado) y sus características principales a la hora de declararlos en tu liquidación trimestral de los bienes y/o servicios que ofreces.

A continuación, detallaremos las principales diferencias entre el IVA soportado y el IVA repercutido y te enseñaremos a calcular cada uno de ellos. De esta manera, podrás identificar mejor cada tipo de IVA y aplicarlos correctamente en tus facturas.

Diferencias entre el IVA soportado y el IVA repercutido

El Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) es un tipo de impuesto necesariamente ligado a la actividad de una empresa y de un autónomo. Para poder establecer y poner en marcha una actividad comercial concreta es indispensable comprar materiales y contratar servicios por los que se paga un IVA, aunque, al mismo tiempo, es obligatorio aplicar este impuesto sobre los clientes que compran los productos o servicios que ofreces. Esto es, en definitiva, el IVA soportado y el IVA repercutido o devengado.

En otras palabras, el IVA soportado hace referencia al impuesto aplicado sobre la mercancía que pagamos como clientes, mientras que el IVA repercutido es aquel que el empresario o el autónomo cobra por los productos vendidos o los servicios prestados al cliente, ya sea otra empresa o un consumidor final.

Cómo calcular el IVA repercutido o devengado

Como ya hemos adelantado, el IVA repercutido o devengado es aquel importe que forma parte del precio final que una empresa cobra por la venta de sus productos o servicios. Es decir, las empresas son el primer elemento recaudador del impuesto del IVA que grava el consumo de los individuos, ya que reciben el importe del impuesto para, más adelante, hacérselo llegar a la autoridad tributaria correspondiente.

Veamos un ejemplo para entender mejor cómo se calcula el IVA repercutido de un bien o servicio:

  • Una tienda de telefonía vende un teléfono móvil por 100 euros. Este importe será el que el consumidor va a abonar por la compra, esto es, lo que le cuesta el teléfono. Sin embargo, a esos 100 euros, hay que restarle la cuantía de IVA que tiene este producto en España actualmente (el 21%), de manera que los 79 euros restantes sí se consideran como ingresos reales de la tienda.

Cómo calcular el IVA soportado

Una parte importante de la facturación de empresas y autónomos está formada por la adquisición de bienes y servicios, los cuales suelen estar gravados con IVA. Por ejemplo, si compramos una impresora para la oficina, deberemos abonar un 21% más de dinero para adquirirla: esto es lo que se conoce como IVA soportado.

Ahora bien, es importante tener en cuenta que no todo IVA soportado es deducible y los gastos de empresa u autónomo deben cumplir una serie de parámetros: la deducción solo la pueden realizar profesionales autónomos o empresarios, es necesario conservar la factura que justifique el pago de esos bienes o servicios adquiridos, y deben emplearse para la actividad empresarial o profesional.

Para que te hagas una idea, a la hora de calcular el IVA soportado, las compras típicas que se pueden restar del IVA repercutido son:

  • Material de oficina
  • Gasolina y gastos de desplazamiento relacionados con la actividad
  • Contratación de Internet, telefonía
  • Dietas en horario laboral
  • Asesoría fiscal, gestoría contable, representante legal

Cuando finaliza cada periodo impositivo, generalmente cada trimestre o cada año, las empresas y los trabadores autónomos deben calcular el IVA que deben declarar a la Agencia Tributaria, teniendo en cuenta la diferencia entre el IVA repercutido y el IVA soportado: IVA a pagar = IVA Repercutido – IVA Soportado.