Una unión aduanera es una especie de tratado comercial en el que los países firmantes establecen una política comercial exterior común con el fin de poder eliminar o suprimir, en cierto modo, los aranceles que hay entre dichos países.

El objetivo que pretende alcanzar las uniones aduaneras es la de poder aprovechar la eficiencia derivada de la división internacional del trabajo. En este sentido, los consumidores de los países miembros que les influye este tratado verán aumentado la posibilidad de poder comprar productos sin necesidad de tener que pagar aranceles por ellos. Por otro lado, los productores también verán como en el mercado que dirigen su producción es más amplio y complejo: existe más oferta por parte de las empresas competidoras.

Si no existiese una unión aduanera, los países que intercambien productos entre sí deberán establecer los controles fronterizos oportunos para poder permitir la entrada de productos de un país a otro. En el caso que existiese dicha unión, los controles no serían necesario, por lo que no se tendrían que gastar tantos recursos económicos y humanos en establecer estas medidas de control entre los países que deciden intercambiarse productos. Esto se debe a que estos países miembros contarán con la misma política comercial exterior.

No obstante, hay que matizar conceptos. En el caso de que se incluyeran a la libertad de tránsito los factores de producción (trabajo y capital), estaríamos hablando de mercado común y no de unión aduanera.

Algunos ejemplos de unión aduanera, de los más conocidos, es la Unión Europea, ya que no existen aranceles ni trabas comerciales entre los países que la conforman. Se trata, pues, de una política comercial exterior común a todos los países integrantes.