El concepto Triple hora bruja, conocido en ingles como «Thir witching hour», es muy conocido entre los inversores y operadores debido a la intensidad con la que esperan y viven esta situación. Se conoce como triple hora bruja al tercer viernes de marzo, junio, septiembre y diciembre, que son meses en los que vencen los contratos trimestrales de opciones y futuros sobre índices y las posibilidades sobre acciones.

La conocida Triple hora bruja podría pasar a llamarse ‘cuádruple’ tras el lanzamiento de los futuros sobre acciones.

Se le adjudica el calificativo de bruja a este día o hora debido a la volatilidad que se registra en los precios de los valores cotizados en un espacio de tiempo muy breve. Esto tiene lugar a raíz de que las carteras de estos valores que permanecían protegiendo los derivados financieros se han de deshacer en el momento en que los contratos de futuro finalizan.

Previamente al vencimiento de futuros y opciones se registra un clima de tensión en los mercados, en gran medida porque los inversores con una mayor disponibilidad financiera procuran influir en la evolución de ciertas acciones o de los índices para conseguir más dinero en el momento del vencimiento. Esto ocurre debido a que en el mercado de derivados los inversores ganan o pierden capital según cómo actúen los activos que se usan como base para crear las opciones y los futuros.

En el mercado español, el Precio de Liquidación del futuro Ibex 35 se consigue haciendo la media aritmética del Ibex 35 entre las 16:15 y 16:45 horas del día de vencimiento, tomando como referencia un valor por minuto. En este tiempo los operadores que arbitran entre contado y derivados deben deshacer su posición en el mercado de contado a razón de una trigésima parte de la cartera por minuto por espacio de media hora. De esta forma se intenta emular lo mejor posible el precio de liquidación del futuro.

El término Triple hora bruja muestra un momento de conexión entre los distintos mercados de contado y derivados en el día de vencimiento.