Cuando hablamos de ratio de capital, nos referimos al ratio de capital de un banco. Este concepto trata de medir la salud financiera de un banco, poniendo en relación los fondos con los que cuenta para poder hacer frente a los imprevistos que puedan surgir. De este modo, el riesgo que se asume es el que surge de los activos que se tienen en el balance del banco.

Para poder demostrar su solvencia, los bancos están obligados a mantener un porcentaje de capital en relación a los activos con riesgo que tiene en posesión.

¿Cómo se calcula el ratio de capital?

Para poder calcular este ratio, debemos de aplicar la siguiente fórmula:

RC = Base Capital / Activos ponderados por riesgo

El capital básico es la suma de los fondos propios, reservas, minoritarios y beneficios retenidos. Es decir, la base capital es la parte del beneficio que no ha sido repartida como dividendo entre sus accionistas. Algún que otro elemento que se incluye en este concepto sirve para que el banco tenga capacidad de absorber pérdidas en el caso de que quiebre (los bonos que son convertibles en acciones, por ejemplo).

Si se siguiesen sumando otros conceptos a este término de capital básico, llegaríamos a obtener la base capital, que sirve para poder calcularse el capital total.

Por otro lado, tenemos los activos ponderados por riesgo que sirven para poder ponderar los activos de riesgo que tiene un banco en función del riesgo al que se someten, y poder exigir así al activo el importe de capital que debería de tener un banco, en su defecto.

Algunos activos son muchos más seguros que otros, por lo que se les exigen menos capital. Un ejemplo claro es la hipoteca que se solicita para comprar una casa, frente a un préstamo personal para cualquier otra cosa. Un coeficiente corrector del banco indicará cuánto de riesgo tiene un activo.