El precio psicológico es una estrategia utilizada en marketing que busca aumentar el número de ventas a través de la percepción que tiene el cliente sobre los precios de los productos o servicios que las empresas ofertan.

Jugar con variaciones de precios o con las promociones permiten a las empresas obtener más beneficios que aplicando políticas de precios tradicionales. Esto se justifica en las estrategias de fijación de precio a través de las estrategias de marketing. No obstante, también depende del público y de los objetivos que estas estrategias tengan o no cierta efectividad.

¿Qué tipos de estrategias de precio psicológico existen?

Destacamos las siguientes estrategias:

  • Precio redondo. Este tipo de precios se suele utilizar para compras por impulso o capricho. Son productos o servicios que llevan más asociada una emoción que una necesidad.
  • Precio habitual. Suele utilizarse para productos en los que el comprador ya lo identifica con un determinado precio habitual, por lo que no se podrían admitir variaciones del mismo.
  • Precio relativo. Se utiliza el precio de un producto comparándose con otros productos de precio superior, normalmente. De esta forma, el usuario puede decidir y percatarse del ahorro que le supone dicho producto y acceder a su compra.
  • Precio impar. Se trata de una estrategia en la que los precios de los productos se fijan colocando un número impar, suponiendo un ahorro para el cliente mínimo pero que, psicológicamente, parece que el ahorro es mayor. Por ejemplo: colocar el precio de 19’99 € en lugar de 20€ solo nos supone un coste para nosotros de un céntimo, aunque el precio que el cliente percibe es inferior al que realmente es.