Los pasivos financieros pueden ser entendidos como el efectivo o los activos que se deben o se han comprometido a otra entidad y que se deben pagar en un periodo de tiempo determinado, ya sea a corto, medio o largo plazo. También se pueden incluir los intercambios de activos en los que la posición de la empresa es desfavorable.

¿Qué tipo de pasivos financieros existen?

Dentro de los pasivos financieros, podemos diferenciar 3 tipos distintos de deudas o compromisos que pueden ser adquiridos por una empresa:

  • Pasivo financiero para negociar: es aquel pasivo que es emitido con la intención de recuperarlo a corto o medio plazo. Sin embargo, en el caso de que existan condiciones inestables o transacciones con divisas distintas hay que prestar atención al cambio de valor.
  • Pasivo financiero derivado: en este caso se trata de pasivos financieros indirectos fruto del intercambio de activos financieros con unas condiciones concretas. Para ello, las 2 partes deben firmar un contrato previo en el que se incluye uno de los requisitos clave: el cumplimiento de los compromisos acordados.
  • Pasivo financiero a valor razonable: se trata del pasivo financiero originado mediante la valoración de activos y pasivos al cerrar el ejercicio contable de un periodo con el objetivo de eliminar los desequilibrios fiscales.

¿Qué casos no son pasivos financieros?

Hay una serie de situaciones que quedan fuera de la consideración de pasivo financiero y que debe evitarse confundir con este término económico:

  • Los contratos de entrega obligatoria tanto de bienes como de derechos, pasando por la prestación de servicios
  • Toda deuda que esté pendiente de pagar a la Administración Pública.

Los mejores ejemplos de pasivos financieros de una empresa

La existencia de pasivos financieros en una empresa no tiene por qué implicar algo negativo, ya que suele ser algo habitual en muchas de ellas. Lo más importante es aprender a prever y gestionar estos pasivos financieros:

  • Deudas adquiridas con determinadas particularidades como cuotas de devolución concretas.
  • Las acciones cedidas a un tercero o particular y la donación de dinero en efectivo hacer frente a un pago.
  • Deudas fruto de operaciones comerciales en las que están implicados diversos tipos de proveedores y acreedores.
  • Los bonos de deuda y pagarés.
  • Préstamos o créditos financieros que no han proporcionado ni bancos ni entidades especializadas.