Cuando se habla de organigrama, nos referimos a una representación gráfica de una empresa u organización, configurada como un diagrama jerárquico y funcional. Es decir, un diagrama, en el que constan representados los distintos cargos de la compañía, desde la cúspide a la base. Suelen establecerse bloques, según las funciones u otros criterios. Los organigramas pueden tener carácter horizontal, vertical, mixto, estructural, circular, escalar…

¿Para qué sirve un organigrama?

Es importante tener en cuenta que, el crecimiento de la empresa, tendrá, en su día, efectos sobre la determinación de la jerarquía y la cadena de mando de la empresa. Por otro lado, el crecimiento puede producirse en sentido vertical u horizontal. La utilidad de un organigrama se encuentra en que permite la definición y mantenimiento de la estructura de la empresa. Pero también, contribuye a la mejora de la división del trabajo y de la agrupación o distribución de tareas.

Asimismo, contribuye a obtener información y mejorar la toma de decisiones de la empresa y a examinar la realidad de la empresa frente a su representación gráfica, permitiendo evitar desequilibrios de coherencia o duplicaciones. En cuanto al diseño, el esquema visual suele tener un carácter lineal y vertical, aunque existen organigramas con una dimensión más horizontal. Los tipos de organigramas son muy numerosos, pudiendo hablarse de organigramas generales o analíticos, según que den una visión simplificada o más detallada de la forma de la organización de la empresa o ente de que se trate. Además, en Negokai te cuentan cuáles son las herramientas para crear organigramas online y estar al día de este tipo de recursos que permiten crear un organigrama fácilmente y en poco tiempo.

Incluso, en el caso de los organigramas analíticos, es posible que sea necesaria la realización de organigramas suplementarios, para tener en cuenta todas las variables características que interesan. Sea cual sea el tipo de organigrama, se desenvuelve de la cúspide la base, estableciéndose en la primera, los altos cargos o cargos de dirección, más abajo, los mandos, y, así sucesivamente, hasta los puestos más básicos de la empresa.