Las normas ISO son documentos que recogen requerimientos que pueden ser utilizados en organizaciones para garantizar que los productos y servicios proporcionados por dichas entidades cumplen con su objetivo. Hasta la fecha, la International Organization for Standardizatoin (ISO) ha publicado unas 19.500 normas internacionales que se pueden conseguir desde su web www.iso.org.

El principal objetivo que persiguen las normas ISO es garantizar que los productos y servicios alcancen la calidad deseadas. Para las organizaciones representan instrumentos que ayudan en la reducción de costos, ya que en cierta manera permiten la minimización de errores y sobre todo contribuyen al aumento de la productividad.

Los estándares internacionales ISO resultan esenciales para alcanzar mercados nacionales y extranjeros, y de esta manera estandarizar el comercio en los distintos países.

El concepto ISO engloba a miles de normas implicadas en el día a día de una persona o entidad, como aquellas enfocadas a garantizar la seguridad de los juguetes o la seguridad vial. Cuando un artículo cuente con alguna de estas normativas la sociedad podrá tener la seguridad de que resulten fiables, reuniendo la calidad demandada a nivel internacional.

Ventajas de las normas ISO

Las normas ISO se crearon con el ánimo de ofrecer coordinación, orientación, simplificación y unificación de criterios a las organizaciones y empresas, pensando en incrementar la efectividad y reducir costes, además de estandarizar las normas de productos y servicios.

Fueron adoptadas por una gran cantidad de empresas de diferentes países ante la necesidad de homogeneizar las características y los parámetros de seguridad y calidad de los productos y servicios.

  • Permiten satisfacer las demandas de un cliente cada vez más exigente.
  • Facilitan elementos para que una organización puede conseguir mayor nivel de calidad en sus servicios o productos.
  • Supone una manera eficaz de conseguir una ventaja competitiva.
  • Consigue que las compañías pueden disminuir costes e incrementen la competitividad.
  • Disminuir rechazos o incidencias en la producción.
  • Un mejor acceso a grandes administraciones y clientes, y a los mercados internacionales.