La escritura pública es un documento que se tramita ante un notario y en el que se hace constar un determinado acontecimiento o derecho autorizado por el propio funcionario, quien se ocupará de firmar junto con los otorgantes. El propio funcionario tendrá la misión de dar fe acerca de la capacidad jurídica del contenido y de la fecha en la que se lleva a cabo el acuerdo.

¿En qué consisten las escrituras públicas?

Por lo tanto, la escritura pública es un instrumento notarial que contendrá una o varias declaraciones realizadas por las personas que toman parte en el contrato en cuestión o en el acto.

El notario tendrá que complementar dicha documentación con información y requisitos legales, para que al final del acto sean transferidos en el protocolo del notario interviniente y en aquellas situaciones en las que corresponda, para que puedan ser inscritos en los correspondientes registros públicos.

En el ámbito de los negocios, la escritura pública de constitución de empresa requiere de la firma de todos los socios fundadores, siendo necesario hacerlo ante notario. En caso de no estar presentes, como recordamos más adelante, podrán utilizar la figura del apoderado que tendrá las suficientes facultades para ello.

Hay muchos acuerdos, acontecimientos y contratos entre particulares o empresas que exigen su formalización a partir de escrituras públicas, para que de esta manera en el día de mañana cuenten con un valor probatorio. Entre los ejemplos de escritura pública más frecuentes se encuentran la creación de una sociedad anónima, la compra venta de un inmueble, la adjudicación de una herencia o la firma de una hipoteca.

Para que una escritura pública sea legal es preciso que las partes implicadas se encuentren presentes en el acto de firma o en su defecto estén representadas por personas autorizadas para realizar las funciones de representantes. La misma es irrevocable y dispone de tal fuerza jurídica que únicamente podrá ser impugnada por la vía legal.