El concepto de downshifting trata la manera de trabajar menos para vivir más, es decir vivir mejor con menos. De alguna manera la traducción de downshifting sería «reducir la marcha». Este movimiento tiene sus orígenes en Estados Unidos, cuando un grupo de empresarios se dieron cuenta en los años 80 que conseguían mucho dinero a cambio de trabajar una gran cantidad de horas, restándole tiempo a la familia y al sueño.

Este sistema de vida les acarreaba un gran estrés, de ahí que propusiesen un cambio que consistia en renunciar a salarios tan altos a cambio de disponer de más tiempo para ellos.

Aunque fue en los años 80 del siglo pasado cuando se dio a conocer, este estilo de vida procede de la antigüedad. En concreto de filósofos como Epicteto, en donde en la obra ‘El arte de vivir’ aclaraba que el estatus, el dinero y la competencia acaba alterando de manera negativa las relaciones personales. Para conseguir una vida más feliz habría que simplificar los hábitos y moderar los deseos.

La definición de downshifting hace referencia a un estilo de vida con menos elementos materiales, en donde se reduzca el consumismo y el dinero ocupe un lugar secundario en el día a día. Los que han optado por este concepto han conseguido valorar más lo que tienen, disponer de menos preocupaciones y contar con más tiempo libre para ellos.

Downshifting en la empresa

En el ámbito empresarial el concepto de downshifting surgió para contrarrestar los males producidos por las excesivas exigencias del trabajo y el afán descontrolado por mejorar profesionalmente. El objetivo de este término pasa por fijar un equilibrio entre el ocio y el empleo, en función de una base de prioridades y necesidades.

Algunos expertos aseguran que son pocas las compañías que promueven activamente el downshifting entre sus trabajadores por miedo a que provoque un menor rendimiento e implicación. Para ponerlo en marcha en las empresas sería necesario aprender a delegar en el resto de compañeros, mantener el control sobre los dispositivos tecnológicos y convertir la rutina diaria en algo intocable.