El comercio de emisiones o derecho de emisiones es una herramienta administrativa usada para el control de las emisiones de gases nocivos a la atmósfera por parte de las empresas. Dichos derechos cuentan con una vigencia de 5 años.

El control de las emisiones de gases nocivos a la atmósfera está muy vigente por parte de la Unión Europea. Además de ayudar al medio ambiente, la organización vela por el cumplimiento de la normativa de este tipo de emisiones. Todas las emisiones que se realicen llevarán un control, en el que entra en juego un mercado concreto.

El mecanismo funciona de la siguiente manera: los gobiernos u organismos autorizados exigen una cantidad máxima de emisión de este tipo de gases a la atmósfera por parte de las empresas. Es decir, las empresas como máximo pueden emitir dicha cantidad, que normalmente suele rondar una tonelada de gases nocivos.

Así, dicha cantidad se computa como un derecho de emisión (un bono) que la empresa (industrial o fabricante) puede vender a otras empresas. La compraventa de emisiones de este tipo de bonos se hace mediante el mercado de bonos de carbono. En él, las empresas que tengan bonos de sobra (por no usarlos) podrá vender a otras que sí lo necesiten derechos de emisión.

El comercio de emisiones funciona de este modo, donde las empresas libres de emitir lo que quieran deberán hacerlo bajo la premisa de tener en posesión un derecho de emisión. Podrán adquirir dichos derechos mediante el impacto positivo de sus prácticas en el medio ambiente; es decir, que por cada proyecto verde que sea capaz de contrarrestar el efecto invernadero, la empresa recibirá un derecho de emisión que podrá tramitar como más desee.

Los programas de comercio de derecho existen según qué se contamine. Uno de ellos es el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la Unión Europea (EU ETS).